Cuatro sobrinos de Benet y un grupo de excursionistas, el domingo en Valldemossa.

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El tejo, protagonista de la película Un monstruo viene a verme, era uno de los árboles fetiche del ermitaño Benet. Le regaló un ejemplar a uno de los cuatro sobrinos que el domingo subieron hasta sa Talaia Vella, en Valldemossa, para decirle adiós. Los familiares, acompañados por nueve excursionistas del grupo ‘Melocotones’, plantaron un tejo en recuerdo del religioso a pocos metros de donde se despeñó. Leyeron cánticos y oraciones en su memoria.

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El ermitaño Pedro Matamalas, Benet, salió a por musgo para decorar el belén de la ermita de la Trinidad de Valldemossa el pasado 20 de diciembre. No regresó. Su desaparición mantuvo en vilo al pueblo y a los servicios de emergencia. Los bomberos de Mallorca, en colaboración con la Guardia Civil, localizaron su cuerpo en una zona de difícil acceso al cabo de ocho días. El religioso, de 74 años, se precipitó y falleció de hipotermia.

El obispado agradeció el dispositivo de emergencia que buscó sin descanso a Benet. Guardia Civil, Policía Local de Valldemossa, Bomberos, Protección Civil, voluntarios, un helicóptero y perros adiestrados peinaron la montaña hasta que dieron con el cadáver del ermitaño.