Los agentes especiales se encontraban cerca del lugar del tiroteo, pero nadie les ordenó que acudieran. | Efe

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Dos miembros de los SWAT que intervinieron en la última masacre en un instituto de Florida en la que el tirador Nikolas Cruz, de 19 años, mató a 17 personas han sido suspendidos después de responder a la acción violenta sin orden expresa de sus responsables.

Este hecho, que ha causado un importante revuelo en los medios norteamericanos, se produce después de que los agentes especiales no informaran a sus superiores de que se desplazaban al instituto e intervinieron sin seguir el protocolo establecido en estos casos.

De este modo, hace pocos días se les comunicó su suspensión como miembros de los SWAT y se les requirieron sus armas, según informa 'Daily Mail'.

Sin embargo, un portavoz policial indicó que solo han sido apartados de las labores en intervenciones especialmente comprometidas, y siguen en activo para desempeñar otras tareas.

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Los hechos sucedieron cuando el equipo de los dos agentes especiales llevaba a cabo un entrenamiento en un lugar cercano al del tiroteo. Fueron informados de que había un tirador en el centro educativo y se les puso en espera, ya que la Oficina del Sheriff del Condado de Broward no pidió que el equipo especial interviniera.

Sin embargo, por su cuenta y riesgo, dos de los SWAT decidieron ir hasta el instituto con el objetivo de neutralizar al asaltante.

Las siglas SWAT (Armas y Tácticas Especiales) remiten a las unidades especializadas en intervenciones peligrosas que se movilizan en circunstancias especiales.

A todas luces el asalto armado a un instituto cumplía los requisitos para una intervención de este tipo, y numerosas voces piden ahora que se revise el protocolo y la cadena de órdenes e instrucciones para que se depuren posibles fallos de funcionamiento.