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El acusado de matar a una chica tras intentar violarla ha admitido el crimen en el primer día del juicio en la Audiencia de Tarragona, aunque ha asegurado que las relaciones sexuales fueron consentidas.

La Sección Segunda de la Audiencia de Tarragona juzga desde este jueves y hasta el próximo jueves a Stanislav R., de 35 años de edad, acusado de haber matado a Meritxell Vall, de 32 años, en una tienda de campaña de una zona boscosa de Tarragona, el 9 de octubre del 2015.

La fiscal pide por este asesinato prisión permanente revisable al ser subsiguiente de una violación en grado de tentativa, por la que solicita cinco años.

El acusado ha rechazado declarar el último día del proceso, como había pedido su abogado y había accedido la sala, y ha intervenido este jueves.

En actitud serena, ha relatado que conocía a la mujer desde el año 2014 por tener amigos comunes y que se veían cada día en la ciudad o en el campamento, en una zona boscosa cercana al Nou Estadi del Nàstic de Tarragona.

Ha explicado que la chica «siempre andaba desnuda por el campamento», que la noche de autos «solo llevaba unas medias» y acabaron teniendo relaciones sexuales «normales y corrientes» en la tienda de campaña de la víctima, en las que no la obligó a nada.

Sin embargo, «diez minutos más tarde, ella empezó a llorar, que no tenía que hacerlo», que «era un error» y «que me iba a denunciar», por lo que el acusado entró en «pánico» y la «agredió con el cuchillo dos o tres veces» en «la cabeza y en la espalda».

«Nunca había tenido ningún problema con la ley y lo iba perder todo, pero no la quería matar», ha declarado y ha reiterado que no recordaba muy bien esa noche porque había bebido muchas cervezas y consumido marihuana.

La fiscal ha querido precisar sobre las relaciones sexuales -la pena de prisión permanente revisable depende de si eran o no consentidas-, y el acusado se ha negado a responder.

También ha declarado la madre de la víctima, que encontró el cuerpo, ya en descomposición, acompañada de su actual pareja, ambos visiblemente emocionados.