El acusado, en el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Palma. | Alejandro Sepúlveda

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La Audiencia Provincial ha condenado a un bancario a un año de cárcel por estafar 270.000 euros a un matrimonio de Pollença. Un tribunal de la Sección Segunda obliga al acusado a devolver la cantidad defraudada con intereses de demora desde 2011. La sentencia considera probado que el sospechoso aprovechó la relación de amistad que tenía con las víctimas tras la venta de un almacén en el año 2000 en la que el bancario actuó de intermediario. El matrimonio obtuvo cerca de 20.000 euros por la venta del local y los ingresó en la entidad bancaria donde trabajaba el sospechoso.

El procesado consiguió que los perjudicados le entregaran distintas cantidades de dinero para invertir. El acusado, en aquellas fechas, disponía de una empresa dedicada a actividades inmobiliarias. El hombre recibió del matrimonio cerca de 270.000 euros entre los años 2005 y 2010. Le entregaron el dinero en negro y sin documentar.

La empresa del sospechoso fue declarada en quiebra en 2008 y aún así siguió recibiendo dinero del matrimonio. La mujer estafada, tras la muerte de su marido, acudió al banco en el que entregó al acusado los 20.000 euros del almacén. Quería recuperar el dinero prestado. Siguió el consejo de la directora de la oficina y localizó al sospechoso para que firmase un documento de reconocimiento de deuda. El bancario rehizo el texto tras manifestar a la denunciante que no le podía devolver el dinero al ser insolvente.