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El dueño de unos perros considerados de raza peligrosa que mataron a un jubilado en Beniarbeig (Alicante) ha sido condenado a dos años y dos meses de cárcel por un delito de homicidio por imprudencia, según la sentencia hecha pública hoy por el Tribunal Superior de Justicia valenciano (TSJCV).

Sin embargo, el titular del Juzgado de lo Penal 3 de Benidorm (Alicante), Joan Francesc Vives, le ha absuelto de maltrato animal y de un delito de lesiones imprudentes del que estaba también acusado por el ataque de los canes a otras dos personas.

Los hechos ocurrieron el 18 de febrero del pasado año, cuando la víctima, un empresario jubilado, fue atacada por cinco perros de raza peligrosa que le causaron la muerte a dentelladas.

El juez asegura en la sentencia que el propietario de los animales, Marinus Cornelis S., de 48 años y nacionalidad holandesa, no había adoptado medida de seguridad alguna para evitar que los animales se escapasen de la parcela que tenía alquilada, pese a que «habían protagonizado altercados previos, atacando salvajemente a dos personas».
Los perros huyeron de la finca por la unión de unas vallas y se lanzaron «en manada» contra Luis Ángel Sala, un jubilado de 76 años que se encontraba en un campo de naranjos de su propiedad, no pudo zafarse de ellos y falleció desangrado por los mordiscos.

Un hijo de la víctima descubrió horas más tarde su cadáver tras acudir al campo al no tener noticias de su padre.
Los canes, identificados con los nombres de «Blanco», «David», «Lady Gaga», «Hugo» y «Alba», fueron llevados a la perrera de una localidad cercana, Els Poblets, de donde escaparon nuevamente tras atacar a un voluntario y hacer lo propio, posteriormente, con un viandante.

El juzgado encargado del caso ordenó que fueran sacrificados y la Guardia Civil detuvo unas semanas después, en mayo de 2017, a Marinus Cornelis S., cuando los análisis de ADN revelaron la presencia de sangre y restos biológicos del fallecido en los perros.

Tras un juicio celebrado la pasada semana, el magistrado Vives ha concluido que el dueño de los perros «desoyó voluntariamente las obligaciones legales» que comportaba su tenencia, entre ellas una licencia y un seguro.
Aunque no consta una «dejación absoluta» de sus deberes de cuidado, motivo por el que es absuelto de maltrato animal, los canes no estaban «debidamente educados», tampoco habían sometidos a los «mínimos controles veterinarios» y tenían un «comportamiento asilvestrado», según el fallo.

Marinus Cornelis S., que se encuentra en prisión provisional por estos hechos desde su detención, deberá también indemnizar con un total de 170.000 euros a la viuda y los tres hijos del difunto.