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Tres estudiantes resultaron heridos, uno de ellos de gravedad, en un tiroteo efectuado por un alumno de un instituto de formación profesional en la localidad rusa de Barabinsk, en la región siberiana de Novosibirks.

El atacante dejó herido grave a uno de sus compañeros de clase al dispararle con un rifle, mientras que otros dos sufrieron varias fracturas tras tirarse por la ventana del edificio para huir.

El joven que recibió el disparo se encuentra en estado muy grave y está siendo operado, según las autoridades regionales. Tras perpetrar la agresión, el atacante se suicidó, informó la fiscalía regional de Novosibirsk.

Según la versión preliminar, el rifle pertenecía al padre del atacante y este montó el arma una vez llegó al instituto. Al parecer, el motivo del ataque fueron las burlas que sufría el agresor.

Los ataques en las aulas son cada vez más frecuentes en este país, que aunque no alcanzan las dimensiones de Estados Unidos, preocupan a la población y a las autoridades.

En enero de este año un menor de 15 años entró en un aula de séptimo curso de un colegio de Ulan-Udé, capital de la república siberiana de Buriatia, e hirió con un hacha a cinco niños de 13 años y a una profesora de 41.

También en enero, catorce menores y una profesora resultaron heridos por arma blanca en un colegio de la ciudad de Perm (Urales), atacado por dos jóvenes enmascarados que fueron detenidos por la policía tras el ataque.

En septiembre del año pasado, un escolar de 15 años golpeó en la cabeza a su profesora con un martillo y después le disparó en la cara con una pistola de aire comprimido, dejándole con un grave traumatismo cráneo-encefálico.

Pero al ataque más grave en una escuela en la historia del país sucedió en Moscú en febrero de 2014, cuando un alumno de décimo grado armado con una escopeta mató a un profesor y a un policía, y tomó como rehenes a un grupo de estudiantes.