Los jueces consideran probado que el sospechoso, británico de 64 años, abordó a la mujer el 3 de agosto en el Camí de na Penyal cuando ella salía de trabajar de un hotel. La agarró por la muñeca y exhibía un cuchillo para amedrentarla.
La llevó hasta una caseta de aperos situada en un descampado y la forzó en repetidas ocasiones. Acto seguido le puso el cuchillo en el estómago y en el cuello para obligarla a que le practicara una felación. La víctima pudo escapar en un momento que el agresor se dirigió a su coche. La mujer corrió hasta casa de unos conocidos para informarles de lo sucedido.
La sala no tiene dudas de la culpabilidad del enjuiciado y destaca la violencia e intimidación en la secuencia de los hechos. Utilizó «un cuchillo para obligarla a la relación sexual dado que se lo colocó en el cuello y en la zona del estómago, e incluso lo tenía el acusado en la mano cuando se produjo la penetración».
El acusado explicó en el juicio que ese día mantuvo relaciones sexuales consentidas con otra mujer que no era la denunciante. La víctima lo incriminó. Dio detalles de cómo iba vestido el agresor. Iba sin camiseta y con pantalones hawaianos. Sacó un cuchillo de un palmo y le arrebató el móvil.
2 comentarios
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Se ve que éste no es guardia civil ni militar.
Súbdito británico. Pues que se lo lleven a Inglaterra y que cumpla la condena allí. O que el gobierno de su graciosa majestad pague con los gastos de su internamiento, no tenemos que ser los españoles lo que corramos con los gastos.