una prostituta es increpada mientras hace al calle en Magaluf. | Michel's

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Desde 2016 las prostitutas nigerianas que actúan en Magaluf -obligadas por mafias de proxenetas africanos- acumulan un centenar de denuncias por robos con violencia, hurtos y agresiones, algunas de ellas muy violentas.

Las mujeres residen en Palma -sobre todo en Son Gotleu y en las inmediaciones de la calle Aragón- y en la Platja de Palma y cada noche de verano son trasladadas en grupos hasta Punta Ballena y otras calles de Magaluf. Son, en total, unas cincuenta mujeres, la mayoría de ellas nigerianas que cometen delitos pero que, en realidad, son víctimas de sus jefes.

Operaciones

«No les queda otra opción que delinquir. Es su modo de vida», resume un mando policial, que recuerda que hace dos temporadas «la situación se fue de las manos» y la Guardia Civil tuvo que montar operativos especiales para atajar los altos índices de delincuencia nocturna que provocaban. En aquella ocasión, se decapitó la organización con la detención de ‘El gigante senegalés' y otros cuatro secuaces, que eran quienes ordenaban los robos a las mujeres. Con el ingreso en prisión de los sospechosos, la estadística de agresiones violentas no volvió a aumentar, aunque siguieron registrándose algunos incidentes.

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El año pasado las mafias africanas regresaron a Punta Ballena y alrededores y este año los comerciantes y vecinos, hartos de la mala imagen que dan y de la fuga de turistas que provocan, han decidido salir a la calle y manifestarse contra ella, siguiéndolas y grabándolas con sus móviles. Las nigerianas interpusieron ante la Guardia Civil 19 denuncias por acoso y el viernes la Benemérita imputó a cinco británicos por hostigar a estas mujeres.

Los agentes advirtieron que si continúa el acoso habrá detenciones, pero las patrullas ciudadanas continuaron en la madrugada de este sábado -con menor intensidad- y algunas prostitutas fueron señaladas por los grupos y conminadas a marcharse de Magaluf.

El Ajuntament de Calvià ha pedido a la delegación del Gobierno una intervención urgente de los cuerpos policiales, mientras la Comandancia palmesana sigue muy de cerca el estallido social, que podría degenerar en peleas entre proxenetas y manifestantes. Varios de estos «chulos» fueron localizados hace algunas noches, ocultos en coches, y se vivieron escenas muy violentas cuando una muchedumbre golpeó los turismos y les obligó a huir precipitadamente.

Una de las nigerianas cogió una piedra de grandes dimensiones y atacó a los concentrados. Otra, se abalanzó sobre nuestro compañero Michels, que cubría la noticia, y trató de tirarlo al suelo y quitarle la cámara. La página de Facebook a través de la cual se movilizaban las patrullas ciudadanas ha sido clausurada, pero ellos anuncian que seguirán «protestando».