Los hechos sucedieron en mayo de 2017 en el domicilio de Garó en Málaga capital, en el que convivía también la que emara su pareja desde hacía un año y medio. Tanto el ministerio fiscal como la acusación particular, que representa a la víctima, sostienen que el acusado, supuestamente, increpó a su novio en varias ocasiones a lo largo de la noche.
La víctima decidió marcharse, «a lo que el denunciado se negó, asiéndole por la mano izquierda». Aunque la víctima pudo zafarse y comenzó a bajar las escaleras, fue «interceptado por el acusado, entablándose un forcejeo entre ambos en el curso del cual el otro cayó por las escaleras», por lo que resultó lesionado, dicen las acusaciones.
Garó, que actualmente está concursando en el 'reality' GH VIP del que ha salido por unas horas para ser juzgado, ha negado estos hechos y ha asegurado que no hubo un forcejeo con la víctima, con la que ha dicho que tenía una «semirelación sentimental», además de que «jamás» la siguió por las escaleras de la vivienda.
Según su versión, tras una gala benéfica en la que «puse en pie al teatro», ubicado frente a la vivienda, se fue con unos amigos a su casa para celebrarlo y en un momento determinado su entonces pareja «se puso violento por celos y por su patología», apuntando que consume sustancias aunque tiene un tratamiento.
Entonces, ha relatado el humorista, le recriminó su comportamiento que «había provocado que mis amigos se marcharan», tras lo que el perjudicado se fue de la casa, aunque posteriormente regresó. «Es un baile de idas y venidas, pero yo jamás le acompañé por las escaleras», ha declarado el acusado.
Ha negado que consuma cualquier sustancia y ha dicho que esa noche estaba «totalmente» sobrio. Asimismo, ha asegurado que una amiga presenció lo ocurrido y que la primera vez que la víctima se fue comenzó a enviar mensajes «diciendo que se iba a ir con Dios y ella y yo estábamos descompuestos».
Asimismo, ha considerado que las lesiones que sufrió su expareja «parecen leves» y que cuando fue con la Policía a la casa «subió varias veces las escaleras y no llevaba férula», por lo que todo esto, ha dicho, «fue para mí una sorpresa cuando salí del calabozo después de pasar toda la noche» tras ser detenido.
En su derecho a la última palabra en el juicio, Garó, que ha llegado a los juzgados con unos cascos porque no puede recibir información del exterior al estar concursando, ha dicho que la víctima es una persona «a la que he cuidado, que vivía en la calle, que he intentado educar y refinar. Este es el pago», apuntando que este esfuerzo «prometo no volver a hacerlo» con otra persona.
La víctima
Por su parte, la víctima, que ha declarado detrás de un biombo a petición suya, ha explicado que no hubo problemas antes de irse los invitados, sino que cuando estaban ellos dos y la amiga «de repente me dijo que le había dejado en ridículo». «Lo hizo porque sí, porque lo mínimo lo aprovecha contra mí», ha manifestado.
Así, ha señalado que comenzó a insultarle y que se fue de la casa, aunque volvió porque había olvidado las llaves, apuntando que estando fuera Garó le llamó «y comenzó a llorar, como siempre hace, que me pega y luego me pide perdón». Según su versión, fue esa segunda vez que subió a la casa cuando, supuestamente, «me empujó por las escaleras».
Ha dicho que fue «toda la noche con disputas e insultándome», además de que «me pegó», ha añadido, precisando a preguntas del juez que «le cogió del cuello y del brazo».
Según las acusaciones, la víctima sufrió policontusiones y un esguince de tobillo; lesiones por las que tuvo que recibir tratamiento y de las que tardó en curar 30 días, estando 21 de ellos impedido para sus ocupaciones habituales. Inicialmente no reclamó indemnización, pero finalmente ha pedido 1.830 euros.
Al respecto, el médico forense ha asegurado que estas lesiones «no se corresponden con una autolesión». En el caso del esguince de tobillo ha señalado que es compatible «con un mal paso» o caída, al igual que las erosiones y policontusiones lo son «con una agresión y con una caída».
La mujer que estaba esa noche en la casa, amiga hace años de Garó, ha declarado que fue la víctima la que «de repente se puso histérico y empezó a recriminarle cosas a Ángel por celos», a lo que éste respondió diciéndole que no lo volviera a hacerlo con gente delante y que se fuera a su casa. Esta testigo ha negado que viera a lo largo de la noche agresión alguna de Garó sobre su entonces pareja.
Por su parte, el policía que fue a detener al artista a la estación de tren ha declarado que éste estaba «alterado y agresivo». «Me dijo que si me moría yo, no se enteraba nadie; pero que si se moría él, que es una estrella, se enteraba toda España», ha manifestado.
Informes
Para el fiscal, inicialmente se trataba de un delito de violencia doméstica, pero ha modificado su calificación acusando ahora a Garó de un delito de lesiones con el agravante de parentesco, solicitando, además de los 20 meses de prisión, que se le imponga la prohibición de acercarse o comunicarse con la víctima durante dos años.
La representante de la acusación pública ha pedido una sentencia condenatoria y ha explicado que se basa en el testimonio de la víctima y en el parte de lesiones, aseverando que «los hechos han ocurrido como ha dicho el perjudicado». Tanto la fiscal como la acusación particular han incidido en la coherencia del denunciante.
En cambio, la defensa, que pide la absolución de su cliente, ha puesto de manifiesto varias contradicciones en las manifestaciones de la víctima y ha incidido en que el forense señala que las lesiones son compatibles «con un mal paso», apuntando que no hay elementos para decir que las lesiones se correspondan con un origen delictivo.
«Vamos a desvirtuar la presunción de inocencia por un parte médico compatible con un mal paso», se ha preguntado, poniendo énfasis también en que la testigo ha mantenido lo mismo desde el principio. Por esto, ha defendido la inocencia de su cliente, indicando que en cualquier caso hay «dudas».
1 comentario
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Casi lo mismo que a la francesa borracha por matar al policia de Sineu, increíble. . . . .