Unos mil trescientos voluntarios acudieron a ayudar en las tareas de limpieza en las zonas afectadas por la riada del martes. | Teresa Ayuga

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La tragedia del Llevant ha levantado una ola de solidaridad sin precedentes en Mallorca. Tanto es así que ayer los más de mil voluntarios desplazados a la zona superaron con creces las expectativas y a última hora de la tarde el alcalde de Sant Llorenç, Mateu Puigròs, informaba de que «gracias a la gran cantidad de gente que ha colaborado han finalizado los trabajos propios de voluntarios y ahora lo que necesitamos son ya especialistas, principalmente fontaneros y electricistas».

El alcalde, que estuvo durante toda la jornada a pie de calle, dijo agradecer profundamente toda la solidaridad demostrada por el pueblo mallorquín: «Lo agradecemos profundamente, no tengo palabras».

El recuento oficial cifra en 1.300 voluntarios el número de personas que ayer desde primera hora se desplazaron a la zona cero de la catástrofe para ayudar a limpiar las toneladas de lodo aún acumuladas en calles y viviendas de Sant Llorenç. La respuesta fue tal que en algunos momentos los especialistas de emergencias llegaron a verse desbordados y temían una posible descordinación, pero lo cierto es que la limpieza fue eficaz.

Ayudas
Entre la marea de voluntarios los propietarios se afanaban en organizar los pocos enseres que podrán salvar del diluvio y, con la ayuda de 34 trabajadores sociales enviados por el Govern a la zona, comenzaban a evaluar los daños de cara a tramitar las ayudas. Son muchos los que lo han perdido todo, especialmente en Sant Llorenç des Cardassar, pero los daños son también cuantiosos en Colònia de Sant Pere, S’Illot y Son Carrió.

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Pese a lo vivido y a lo impactante de las escenas, la coletilla más usada ayer por las víctimas era «otros están peor, toda nuestra solidaridad». Todos los ojos estaban puestos en la búsqueda del pequeño Artur y en las 12 víctimas mortales. También hay algún vecino que continúa hospitalizado.

Los equipos de trabajadores sociales recorren todas las casas valorando las necesidades de cada familia para que puedan recibir con la mayor celeridad posible la ayuda económica de emergencia del Govern que permite, entre otras, reponer material suficiente para garantizar que puedan permanecer en sus viviendas (electrodomésticos, calefacción, mobiliario, ropa de hogar, colchones y por supuesto la reposición de puertas y ventanas). Ayer aún eran muchas las casas que seguían a oscuras y sin agua.

Buena parte de los residentes han tenido que realojarse con familiares o amigos, otros, se han ‘mudado’ a las zonas más altas de las casas a las que no alcanzó el agua por apenas un palmo.

Ayer, a la hora de despedirse de los vecinos, la emoción de voluntarios y víctimas estaba a flor de piel. Muchos prometían volver más adelante, para una vez esté todo seco, terminar de lustrar puertas y ventanas.

El Ajuntament de Capdepera también quiso ayer agradecer públicamente la solidaridad ciudadana. «El pueblo de Capdepera os está profundamente agradecido. Mañana (por hoy) ya no hacen falta manos en Canyamel. A partir del lunes se valorarán los trabajos que quedan pendientes de hacer e informaremos si volvemos a necesitar voluntarios». Los ayuntamientos afectados invitan a seguir los canales oficiales a aquellos que desean ayudar.