Este sábado por la mañana, la Guardia Civi, trasladó a los juzgados de Vía Alemania a los seis detenidos. | Pere Bota

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Un clásico entre los clásicos: los seis chilenos detenidos por una oleada de robos en casas de Marratxí, El Toro y Bahía Azul no han aguantado la presión y en sus declaraciones ante la Guardia Civil se inculparon unos a otros. Un ‘sálvese quien pueda' que acabó este sábado con toda la banda encerrada en prisión.

El juez de Palma, ante el que se negaron a declarar, les imputa pertenencia a organización criminal y robos continuados en el interior de viviendas habitadas. De hecho, en uno de los asaltos en Marratxí, los ladrones se encontraron con una chica de 19 años que cuidaba en la vivienda de sus dos hermanos pequeños. La joven quedó aterrorizada.

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Los seis chilenos tomaron todo tipo de precauciones para no ser detectados en Mallorca. No llegaron como turistas, que es lo que suelen hacer la mayoría de hampones, sino que se alojaron en la trastienda de un bar de la Plaza de las columnas, que explotaba otro de los imputados. Dormían allí, porque alojarse en un hotel implicaba quedar registrado y que esa información llegara a la policía. La banda desarticulada por el Área de Investigación del Pont d'Inca, estaba perfectamente organizada. Y jerarquizada.

Cada miembro sabía exactamente cuál era su cometido. Unos elegían las casas que iban a asaltar, tras someterlas a una discreta vigilancia durante días; otros eran los encargados de entrar a robar y el tercer binomio se ocupaba de vender las joyas y relojes que sustraían. Otra medida profiláctica que tomaban consistía en permanecer muy pocos días en el mismo sitio. Una semana, a lo sumo. Luego dejaban Mallorca y viajaban a Roma, París, Copenhage o Madrid. La movilidad, pensaban, les hacía invisibles.

Para entrar en las casas de Marratxí, El Toro y Bahía Azul iban cubiertos con gorras de béisbol o de lana, y usaban guantes para no dejar ninguna huella. Este sábado, las aventuras de los seis ‘Palton' (un fanfarrón, en jerga chilena) acabaron en la cárcel de Palma.