Los médicos observaron rasgos paranoides y esquizoides en el acusado. «Son personas suspicaces, celosas y con reacciones de desconfianza. Tienen tendencia al aislamiento y poco interés en la vida social».
El perito contratado por la defensa, Fernando Gómez, realizó un informe sobre la salud de Ciotau. «Este señor padecía un trastorno mental transitorio, que es la anulación de comprender lo que uno está haciendo. Desde que su mujer abandonó el hogar empezó a sentir síntomas compatibles con un estado depresivo».
El doctor relató que Ioan Ciotau pensaba que Lucia Patrascu le estaba siendo infiel. «Llegó a un punto patológico de bajar a la calle a diario para comprobar si estaba el coche. Eso es una conducta anormal porque pensaba que se estaba viendo con otro hombre y se quedaba con su dinero del banco».
El especialista afirmó que el hombre tiene síntomas de estrés postraumático. Los otros dos forenses rechazaron este punto ya que no se puede diagnosticar hasta después de un mes de los hechos.
Ioan Ciotau estaba «muy tranquilo después de acuchillar a su mujer, demasiado tranquilo». El primer policía local de Pollença que llegó al piso donde ocurrió el crimen de Lucia Patrascu preguntó al acusado si había sido él. «El hombre asintió con la cabeza y me hizo así con las manos» (el agente imita el gesto y junta las muñecas como para ser detenido).
La víctima, horas antes, llamó al teléfono gratuito del Instituto de la Mujer. «La llamada duró 36 segundos, no sabemos si alguien le contestó», señaló un policía judicial. Una agente que participó en la detención del sospechoso explicó que el acusado confesó que había matado a su esposa. «Contó que las cosas no iban bien porque ella se iba con otros hombres».
Dos forenses que practicaron la autopsia a la víctima manifestaron que la mujer tenía contusiones, hematomas y siete de heridas por arma blanca. La primera cuchillada fue por la espalda. «No luchó, no tuvo posibilidad de defenderse», indicó un facultativo, quien agregó que murió por la pérdida abundante de sangre.
2 comentarios
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Bueno, apostaría por trastorno narcisista y algo más. Pero nada que sea un atenuante. Si el tío está medio p'allá que se trate, pero que deje de amargar a su familia. A mí hay enfermos con trastornos mentales por los que siento compasión, pero el caso de este individuo, para echarle de comer aparte y para meterlo en la cárcel. Él es así porque no le sale de los huevos cambiar. Es un peligro para la sociedad (y para sus hijos).
Hombre, alguno tiene que tener porque esa salvajada no la hace nadie normal. Otra cosa es que se merezca un atenuante, que así vamos.