Fuentes penitenciarias han indicado que el incidente se produjo este martes en torno a las 14:00 horas cuando la interna, después de comer, se dirigía a la celda del módulo de enfermería junto con otros dos reclusas que el centro ha designado como presas de apoyo.
En ese momento, según el relato de las fuentes consultadas, la reclusa comenzó a decir que tenía miedo de hacer daño a las dos internas y salió corriendo hacia el patio en actitud nerviosa y agresiva.
Finalmente, unas funcionarias consiguieron reducir a la interna, que fue conducida a una celda individual que cuenta con una de sus paredes acristaladas y que está contigua a otra celda donde permanecen las otras dos presas de apoyo.
El presidente autonómico del área de prisiones del CSIF y responsable de este sindicato en Picassent, Jorge Vilas, ha explicado que la interna comenzó a decir que quería ver a los niños, mientras las otras dos reclusas que le acompañan le contestaron que no podía ser, pero ella se negaba a ir a la celda.
Vilas ha detallado que en ese momento acudieron los funcionarios, que trataron de convencerla de que debía ir a su celda, si bien ella huyó corriendo al patio y, una vez allí, mostró una actitud agresiva con intentos de patadas y mordiscos hacia los funcionarios, quienes finalmente consiguieron reconducir la situación y la llevaron a una celda de observación.
Los funcionarios avisaron al médico, según Vilas, que ha indicado que hasta ese momento ni ella ni el padre de los niños, que también está interno en la misma cárcel, habían presentado un comportamiento fuera de lo normal ni han nombrado a los niños. En el caso del padre, se muestra preocupado por el desarrollo de la vida en el módulo penitenciario.
La madre, ha señalado a Efe Vilas, recibe la medicación que se le ha pautado fuera del hospital, si bien advierte de que el problema en este caso son los brotes que pueda sufrir.
Vilas denuncia que solo en vigilancia hay dos funcionarios para más de cien internos, y en el área sanitaria, donde hay relación de puestos de trabajo para veinte facultativos, hay solo trabajando. «No existe un psiquiatra de plantilla y hay escasez de auxiliares de enfermería, que son los encargados del reparto de la medicación», ha añadido.
Fuentes de la investigación señalaron el sábado que al parecer la mujer sufre desequilibrio mental y tenía alucinaciones, y el día del fallecimiento de los niños tuvo un brote psicótico.
Tras la orden de ingreso en prisión el domingo, la dirección de la cárcel de Picassent acordó que la mujer fuera recluida en su módulo de enfermería, donde se ubican los servicios sanitarios del centro y, en plantas superiores, las celdas. Además la prisión decidió que la mujer fuera incluida en el protocolo antisuicidios, por lo que cuenta con vigilancia adicional de dos presas.
2 comentarios
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Se me ocurren dos o tres cosas para que nunca más sufra de ansiedad, pero claro, yo sería condenado con más severidad que ella.
Que horror, la pobre! No voy a poder dormir esta noche de la pena que siento.