Antonio Suárez, junto a su mujer, a la que regalaron flores. | Alejandro Sepúlveda

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«No me arrepiento de nada de lo que hice, pero sí de algunas cosas que pude y quizás debí hacer». El inspector jefe Antonio Suárez, jefe antidroga de la Policía Nacional y toda una leyenda en el cuerpo, fue homenajeado este viernes por sus compañeros y amigos por su jubilación.

El jefe superior de Policía, Gonzalo Espino Cruz, el general Juan Cifuentes o el jefe de la Policía Local de Palma Josep Palouzié, el juez José Castro, el fiscal Juan Carrau o el coronel Jaime Barceló entre muchos otros, se sumaron a la comida que se celebró en el hotel Nixe Palace.

Suárez, visiblemente emocionado, dirigió unas palabras a los ochenta invitados y recordó sus más de 600 operativos antidroga: «Tantos, que casi les acabé cogiendo cariño», bromeó. Recordó sus años en Basauri y cuando conoció a Pirjo, su esposa finlandesa, y lanzó una aviso a navegantes después de haber pasado un calvario judicial –del que acabó exculpado– por unas falsas acusaciones de la hija de ‘La Paca' y de la madame: «Os aseguro que utilizaré todas las herramientas e instrumentos legales a mi alcance para que cada uno de los que participaron en semejante insidia asuma su responsabilidad. Su canallada no les saldrá gratis».