Según ha informado el Departamento vasco de Seguridad, este hallazgo es fruto de una investigación iniciada sobre un establecimiento dedicado a la venta de productos relacionados con la marihuana, ubicado en una zona industrial en Barakaldo.
Las indagaciones efectuadas llevaron a la Policía vasca a sospechar que los responsables del local, además de la propia actividad comercial, podían estar dedicándose también al cultivo de plantas de marihuana a gran escala. Los dos socios de esta empresa ya habían sido imputados en el año 2017 por un delito de tráfico de tráfico de drogas.
A primera hora de la mañana de este pasado lunes, se puso en marcha un operativo policial sobre este local. En torno a las ocho de la mañana, se personaron allí dos varones, uno de los responsables del negocio y un empleado, según reconocieron.
A partir de ese momento y con su presencia, se practicó una inspección del inmueble. Los agentes encontraron, en un mostrador para la atención al público, varios expositores con productos relacionados con el cultivo de marihuana y una oficina. Además, tras unas cortinas, se accedía a una zona de almacén con dos cámaras frigoríficas con semillas de esta sustancia y un armario encastrado en la pared con espuma de poliuretano, del cual emanaba olor a marihuana.
Según pudieron comprobar los ertzainas, uno de los paneles laterales del armario era realmente una puerta camuflada dotada con un sistema de apertura de imán, que daba acceso a una estancia superior, donde fue hallado un cultivo de marihuana, que contaba con el equipamiento técnico para el desarrollo de las plantas.
En total, fueron decomisadas cerca de 5.000 plantas, en su mayoría de tamaño pequeño y mediano. Además, fueron localizados en una bolsa hermética y en un frasco de cristal unos 130 gramos de cogollos de marihuana.
En otros puntos, se encontraron dos básculas de pesaje, una industrial y otra de precisión, 6.000 euros en efectivo y cuatro talkies, al parecer para facilitar la comunicación entre la zona de cultivo, la oficina y el propio comercio.
Ante estas circunstancias, ambos fueron imputados por un delito de tráfico de drogas. La Ertzaintza ha abierto también diligencias a otro varón que, al parecer, realizaba funciones de empleado y al segundo responsable del establecimiento.
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