La Fiscalía pide al acusado, que tiene 50 años y lleva desde enero de 2018 en prisión, una pena total de 21 años de cárcel por estos hechos que ocurrieron al menos entre 2003 y diciembre de 2017.
Durante su declaración, la psicóloga ha explicado que ha llevado al caso desde que se atrevieron a denunciar -principios de 2018- y que durante este tiempo las tres víctimas han transmitido «tanto verbalmente, como mediante síntomas de salud física y emocional» la creencia de que «el hecho de haber denunciado suponía la muerte».
Según su valoración, la denuncia no vino motivada por una intención «de retar, de defensa o de ajustar cuentas» sino que está relacionada con una «actuación desesperada sin mirar las consecuencias». En el juicio, la madre aseguró que la primera agresión tuvo lugar cuando estaba embarazada de su primer hijo.
Por su parte, un psicólogo forense que ha llevado el caso ha manifestado que desde su punto de vista las manifestaciones que hacen en relación a la «vivencia sufrida» son «verosímiles».
Además, ha explicado que, sobre todo en el hermano mayor respecto al pequeño, hay un «sentimiento de reproche» por no haber podido «adoptar medidas, por no haber ejercido una labor de tutela».
Sobre esto, la psicóloga ha manifestado también que en el caso de la madre se manifestó un «sentimiento de culpa al tomar conciencia de los hechos y que con ella en particular ha tenido que trabajar ese «sentimiento de culpa» que manifestaba «por no haberles protegido».
Este miércoles, también han declarado la madre del acusado y dos amigos de la familia. La madre ha detallado que la relación con la nuera era «buena» y que solo tuvieron una discusión: «Me pidió dinero y le dije que no podía dárselo».
Por su lado, los dos amigos han declarado en un sentido similar. Ambos han señalado que «nunca» han visto un comportamiento agresivo del acusado y que ninguno le ha visto borracho.
Acusado
En la primera jornada del juicio, el hombre negó los hechos y aseguró que la denuncia se debe a motivos económicos. «Mi exmujer quiere dinero para pagar la universidad de nuestros hijos», afirmó.
En términos generales, el acusado negó todas las acusaciones. «Nunca en la vida», repitió como respuesta en las varias ocasiones en las que fue preguntado tanto por si les había amenazado, sometido a maltratos o a abusos sexuales.
Por su parte, su exmujer relató distintos episodios violentos. El primero de ellos tuvo lugar, según explicó, cuando estaba embarazada de su hijo pequeño: le clavó una percha en la pierna. También aseguró que la llegó a amenazar con un cuchillo y que, si en ese momento, no hubieran estado sus hijos «no estaría viva». «Lo físico era malo, pero el miedo y la tristeza era lo peor», manifestó.
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