Policía Nacional y Guardia Civil, desbordadas por los incidentes con turistas borrachos. | Alejandro Sepúlveda

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El número de incidentes registrados en el aeropuerto de Son Sant Joan en los que se han visto implicados turistas borrachos y drogados se ha disparado de forma exponencial en los últimos días. De hecho, sindicatos policiales alertan de la problemática y reclaman a las autoridades competentes que tomen cartas en el asunto.

José María Manso, inspector jefe del Cuerpo Nacional de Policía y presidente del sindicato SPP (representante de mandos policiales), explica: «La situación actual en el aeropuerto de Palma es muy grave. El problema sobrepasa la seguridad aérea. No es normal que el personal de vuelo tenga que sufrir a diario vejaciones, insultos, amenazas y ataques físicos por parte de pasajeros borrachos o drogados. Ser azafata o auxiliar de vuelo con base en Palma está catalogado como de ‘alto riesgo' y muchos sufren ansiedad», relata Manso. Para el mando policial, es intolerable que los aeropuertos se conviertan en centros de distribución, venta y consumo de alcohol.

«Existe un grave problema de legislación, o casi mejor, no existe. La solución está en la puerta del avión. Actualmente, los comandantes y las tripulaciones son los responsables de prohibir que vuelen personas bajo los efectos del alcohol, pero muchos de ellos son trabajadores interinos que reciben presiones para mirar hacia otro sitio y no enfrentarse al pasaje», explica el presidente del SPP.

Finalmente, «es muy habitual ver a turistas esnifar cocaína en las mesas plegables de los aviones o grupos de jóvenes borrachos atemorizar al pasaje», concluye. Son Sant Joan registra una media de 10 incidentes diarios.