El ingreso en prisión se decreta tras la comparecencia judicial del acusado una vez que fue puesto a disposición de los juzgados. Sobre el arrestado pesan las imputaciones iniciales de la supuesta comisión de dos delitos de asesinato consumado, un delito de asesinato intentado y un delito de tenencia ilícita de armas.
No obstante, esta calificación penal es provisional y podría modificarse según se vayan practicando las correspondientes diligencias de investigación en el marco de la instrucción judicial.
La magistrada del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 3 de Aranjuez era la que se encontraba de guardia en el momento de los hechos y, por tanto, la que abrió las diligencias previas y dirigirá la investigación. Tras concluir la declaración, se le ha trasladado al recinto penitenciario Madrid III, en la localidad de Valdemoro.
A su llegada a las dependencias judiciales, ha sido increpado por decenas de familiares de las mujeres fallecidas, quienes le han insultado y amenazado de muerte.
El hombre disparó el domingo por la noche desde la ventana de su casa a varios familiares, matando a dos cuñadas e hiriendo en una pierna a su exsuegra. Ésta última se encuentra ya fuera de peligro y permanece ingresada en el Hospital 12 de Octubre.
Para evitar altercados, agentes de la Policía Nacional han estado desplegados en la zona dentro de un amplio dispositivo preventivo. Se han vivido momentos de tensión cuando los agentes han tenido que intervenir después de observar cómo un coche llegaba a gran velocidad por unos de los laterales de las vallas que rodean los juzgados donde a lo largo de la mañana declarará el presunto asesino.
Tras aparcar bruscamente, un hombre ha salido del vehículo y ha sido reducido inmediatamente pese a su resistencia por los antidisturbios. Al parecer, es el marido de una de las fallecidas. Custodiado por varios agentes, el hombre ha sido introducido a los juzgados tras su detención por un delito de conducción temeraria.
Tras el cordón policial, también se han podido ver escenas de rabia y frustración por parte del viudo de otras de las fallecidas, que a su llegada le ha increpado al grito de «pueril, mis hijas se quedan sin su madre». «Ellas no tienen la culpa», ha gritado entre sollozos. Otros familiares le han amenazado con vengarse y matarle en la cárcel.
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