Pedro Alfonso A.Z, de 16 años, en el interior del vehículo de la Guardia Civil tras salir del Juzgado de Menores.

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Intento fallido de motín en Es Pinaret. Agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil se han hecho cargo de la investigación de un grave incidente registrado en el centro de menores. En la madrugada del viernes al sábado, Pedro Alfonso A.Z., de 16 años, el menor que mató a su madre en el Arenal, agredió a una educadora del centro e intentó quitarle las llaves de las celdas para liberar al resto de reclusos y provocar un motín. A las 01.35 horas, en el hogar Mestral, el asesino solicitó permiso para ir al baño.

La trabajadora le abrió la puerta y le permitió ir al servicio. Al regresar, con el uso de una gran violencia, agredió a la educadora y la introdujo en contra de su voluntad en el interior de su habitación. Allí se inició un fuerte forcejeo mientras que la profesional no cesaba de pedir auxilio. Desde el control de cámaras se detectó la agresión solicitando la presencia de ‘intervención' en el lugar. A su llegada, la fuerza actuante consiguió reducirle. El chico disponía de una barra de hierro de 60 centímetros que había conseguido en un curso de jardinería.

La intención del menor era la de arrebatar las llaves de las celdas a la educadora, liberar al resto de reclusos y provocar un motín. Fuentes próximas al caso han confirmado a Ultima Hora que en el incidente había varios internos implicados. Días antes, algunos de estos convencieron a Pedro Alfonso de consumar la agresión y fuga con frases como «No tienes nada que perder. Te van a meter 10 años de cárcel, así podremos ir a buscar a tu novia a Es Fusteret».

Nada más reducir al joven, el personal de seguridad lo condujo hasta el módulo de aislamiento, donde a día de hoy aún permanece ingresado a consecuencia de su extrema peligrosidad.

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Los educadores disponen de las llaves de los hogares donde están destinados, pero la intención de los chicos era salir de allí, acceder al módulo de ‘tutoría', hacerse con algo de dinero (de las pagas) y fugarse por la ventana. De hecho, unos días antes, los operarios de mantenimiento de Es Pinaret tuvieron que reforzar algunas puertas y ventanas porque habían sido forzadas.

El centro de menores de Es Pinaret tan sólo cuenta con dos vigilantes de seguridad de noche para un total de 70 internos, algunos de ellos de gran peligrosidad.

Contó con ayuda para la fuga

Para perpetrar la agresión, intento de motín y fuga, Pedro Alfonso, de 16 años, contó con la ayuda de, al menos, cinco internos.

Uno de ellos, durante un curso de jardinería consiguió hacerse con una barra de hierro y esconderla en una ventana. El resto, tenían pensado fugarse. Uno de ellos, fue quien intentó atropellar a un guardia civil.