Equipos de rescate en la montaña de Tatra, en Polonia. | GRZEGORZ MOMOT

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Cuatro personas, entre ellas dos niños, murieron este jueves y más de cien resultaron heridas por el impacto de rayos durante una tormenta eléctrica en las montañas Tatra, al sur de Polonia, hasta donde se ha trasladado el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, para dar su apoyo a los equipos de rescate.

A los cuatro muertos en Polonia se suma otra persona fallecida este jueves por la tarde también por el impacto de un rayo en el lado eslovaco de esta cordillera, que divide Polonia y Eslovaquia.

«Los servicios de rescate y de emergencias están haciendo todo lo que está en su mano», aseguró Morawiecki, quien agradeció sobre el terreno la labor de los más de dos centenares de efectivos, entre policía, bomberos y servicios sanitarios, desplazados hasta el pico Giewont, donde la tormenta eléctrica fue especialmente intensa.

Las labores de búsqueda y rescate seguirán a primera hora del viernes, explicó Morawiecki, quien no descartó que pueda elevarse el número de víctimas.

Mientras, una treintena de heridos ha sido hospitalizados en centros médicos de la región, aunque no se teme por la vida de ninguna de ellos.

Según informaba esta tarde la cadena polaca TVN24, un amplio grupo de turistas fue alcanzado por un rayo cuando se encontraban en este pico de la coordillera Tatra, donde el impacto provocó las cuatro muertes.

Los rayos también afectaron a otros excursionistas que se encontraban en la zona, uno de los lugares más populares para los amantes de la montaña en Polonia.

Uno de los turistas en la zona explicó a la cadena que no tuvieron tiempo de refugiarse porque «la tormenta vino como de la nada, en una día en el que apenas había nubes en el cielo».

«Estábamos paseando cuando escuchamos un trueno. Alguien dijo que sería un avión porque nada indicaba que fuese a haber una tormenta, pero resultó ser una tormenta que, inmediatamente, se situó sobre nosotros», dijo este turista.

La última tragedia de este tipo en las montañas Tatra tuvo lugar en 1937, cuando también cuatro personas murieron en Giewont por el impacto de rayos durante una intensa tormenta eléctrica.

Mateusz Morawiecki también se refirió a los espeleólogos que permanecen desparecidos desde el pasado sábado en una cueva también en la cordillera de Tatra, cuando un aumento repentino del nivel de agua subterránea los dejó aislados del resto de su grupo.

«Es una situación dramática, pero quiero asegurar que los equipos de rescate están haciendo todo lo posible para dar con ellos», afirmó el primer ministro polaco.