La pesadilla para esta madre, y el resto de la familia, comenzó hace dos meses. Su hijo se había marchado a un viaje de trabajo a Mallorca y al día siguiente recibió una llamada. «El día 7 de junio, recibí una llamada por la mañana de un compañero del trabajo, explicando que Freddie había tenido un accidente. Esta llamada es la peor pesadilla que uno se puede imaginar», recuerda Heather.
Desde entonces, ha tratado de comprender cómo pudo ocurrir aquello, «cómo alguien tan feliz, tan lleno de vida, puede morir en unos segundos y todos sus sueños, todas sus esperanzas, las esperanzas de su familia».
El dolor de esta madre aflora, se emociona al recordar. Pero viaja a Magaluf para concienciar a los jóvenes británicos, de que deben cuidarse los unos a los otros y nunca pensar que esto sólo sucede a otras personas.
Tras el fallecimiento de su hijo, Heather Pring puso en marcha una iniciativa para recaudar fondos para ayudar a jóvenes deportistas como fue su hijo, jugador de rugby desde los seis años. Dos meses después del fatal accidente, su madre asegura que todavía no puede creer lo que le ocurrió.
7 comentarios
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Igual lo de que no se empapen en alcohol como esponjas no es necesario verdad?
Patricia, aunque suban las barandillas, no dejarán de beber. Es cierto que tapiando los balcones dejarán de caer por ellos, pero el problema es la bebida y las drogas, que enriquece a unos pocos y empobrece a muchos
No se trata de subir la altura de los barrotes sino de concienciar a los turistas de las consecuencias de sus actos y el dolor que provocan en sus familias sus bravuconadas espoleados por los efectos del alcohol.
El problema es la educación que reciben. En su casa son niños de mama, pero salen de fiesta en magaluf y se beben el mar. Pondremos pajareras en los balcones para que los ingleses con pedigrí puedan sobrevivir a sus noches de desenfreno. Toda la culpa es del hotel que cumple la normativa para personas normales, claro esta. Lo siento por el hotel y por la reputación que se ganará. Ánimo al gerente y dep por uno más
No señora, no es la baranda lo que hay que subir. Si fuera por eso, nos caeríamos todos, no solo los británicos. Lo que hay que subir es el nivel de educación y civismo de esa gente. No somos animales, somos personas y tenemos un cerebro para pensar y reflexionar. Tenemos que ser prudentes. Si no se les enseña eso, no podrán venir de vacaciones a España sin problemas. Les falta educación.
Entiendo a esa madre! que horror! aunque puntuen algunos en rojo, sigo insistiendo que se deben subir la altura en los balcones de los hoteles..especialmente en esa zona.
Es muy triste para una madre y para el resto de familiares. Creo que antes de hacer esas locuras, los chicos deberían pensar en ellos, en lo que iban a sufrir. Mi pésame a la familia.