Según la prensa gala, la princesa, de 42 años, ha sido condenada por robo, complicidad en violencia y secuestro, mientras que sobre su guardaespaldas, Rani Saïdi, ha recaído una multa de 5.000 euros y ocho meses de prisión exentos de cumplimiento por robo, violencia y secuestro.
Hussa bin Salmán no ha acudido a ninguna de las citas del proceso para mantener su imagen en el anonimato. Fue precisamente este recelo por lo que, en 2016, cuando se encontraba en una propiedad de la familia en París, acusó a un obrero de haber tratado de obtener imágenes de ella.
En la vista de julio, el fiscal pidió seis meses exentos de cumplimiento para la princesa y una multa de 5.000 euros al considerar que ella era la autoridad en el apartamento el día en que se produjeron los hechos.
En septiembre de 2016, Ashrar Eid, un obrero egipcio, se encontraba en la residencia de la familia real saudí, en la acomodada Avenida Foch de la capital francesa, realizando unas reformas.
Según el testimonio de Eid, utilizó su teléfono móvil para fotografiar el baño en el que debía trabajar. La princesa apareció y, asegurando que había fotografiado su reflejo, llamó a su guardaespaldas, Rani Saïdi, quien agredió, amenazó e insultó al trabajador, a quien quitó además su teléfono.
Según el diario «Le Figaro», la víctima denunció además que fue retenido durante varias horas y que no se le pagó el salario que le correspondía.
Saïdi, por su parte, mantiene que el egipcio tenía vídeos de la princesa, hermana del príncipe heredero Mohamed bin Salmán, en su móvil y que él reaccionó tratando de proteger a su jefa.
La misma noche de los hechos el obrero acudió a la Policía, que detuvo e imputó a Bin Salmán y a Saïdi. Ella fue liberada tras un arresto de dos horas, antes de poner rumbo a Londres y luego a Arabia Saudí, mientras que el guardaespaldas estuvo detenido más de dos meses.
El abogado de Bin Salmán, quien alegó durante el juicio que la víctima pidió dinero a la familia real a cambio de retirar la denuncia, ya ha hecho saber que contestarán el fallo de la Justicia.
3 comentarios
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Esa gente se creen los amos del mundo...un apena que ninguno de sus empleados de servicio domestico, puedan hablar de cómo son tratados !!! y sin poder quejarse..
República.No como aquí que pasa lo que todos sabemos.
Francia, ese país que no le tiene miedo a nadie. No como España, en la cola de la igualdad ante la Ley.