El día de su desaparición, Said Hourmati salió de casa a las siete de la mañana. Vivía con Bouchra, su hermana, y la familia de ella. «Trabajaba en una empresa de construcción y lo recogía el jefe cada mañana, para llevarlo al trabajo. A la vuelta, le dejó en Pere Garau, pero como no tenía llaves no fue directamente a casa, sino que acudió a un bar. Iba sucio, vestido de albañil, así que es muy raro que hiciera planes para salir de noche sin pasar por mi casa», cuenta la hermana, en una entrevista con Ultima Hora.
Era sábado y Bouchra pensó que se había marchado con unos amigos, así que no le dio importancia. Cuando fueron pasando las horas y no volvía se inquietó. Su móvil, además, estaba desconectado. El lunes, a las siete de la mañana, le llamó el jefe de Said: «No se ha presentado al trabajo». Fue entonces cuando la mujer acudió a la Policía Nacional e interpuso una denuncia por su desaparición. En su casa estaba el pasaporte, su ropa y su dinero. No había cogido nada. Poco antes de desaparecer había enviado 600 euros a su madre, en Rabat, para la boda que tenía prevista ese mismo verano.
Said trabajó durante años en una finca mallorquina, donde mantuvo una relación muy estrecha con la dueña, una mujer casada bastante mayor que él. Ahora, la policía investiga si el marido de esa señora llegó a amenazar al trabajador magrebí. Esa señora, que al parecer ha cambiado varias veces de versión, ha reconocido que la tarde noche que desapareció habló con él. Luego, añadió que se había ido a Felanitx con unos amigos. Nunca se pudo confirmar este extremo.
La hermana de Said no quiere entrar a valorar estas líneas de investigación, «para no entorpecer el trabajo de la policía», pero recuerda que Said estaba ilusionado con los planes de su boda: «Saida, su novia en mi país, está destrozada, no sabe nada de él ni qué ha pasado», concluyó.
«No se fue de forma voluntaria»
El hecho de que su hermano no se llevara nada de casa y que el pasaporte apareciera allí, en una carpeta, hacen pensar a Bouchra que Said no se marchó de forma voluntaria: «Algo muy malo le ha pasado». El joven marroquí desaparecido trabajó en la hostelería en Mallorca y era pinche de cocina. Últimamente estaba empleado en la construcción, como albañil.
4 comentarios
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desaparecen barcos y aviones
No puedo escribir lo que pienso, pero tiene pinta de crimen de asuntos amorosos. Tiempo al tiempo....
Creo que es una barriada donde hay bastantes kebabs.
Jajajaajaj es árabe pero no tonto, mejor que desaparezca ahora que no cuando ya estuviera casado