Según informa la Dirección General de la Policía, la investigación se inició en febrero cuando se intervinieron casi 400 kilos de cocaína en una nave de un polígono industrial de Madrid.
Esta incautación permitió seguir el rastro para tratar de descubrir el origen del envío de droga a España y finalmente averiguar que detrás de este alijo se encontraba una organización que tenía planeado introducir otra partida de cocaína.
Sin embargo, la mercancía ya se hallaba en España y era un ciudadano colombiano, detenido en 2012 por su presunta vinculación con un asesinato, quien había asumido el transporte de la droga junto con otro compatriota.
En septiembre, la Policía detectó que los dos hombres se iban a desplazar a un aparcamiento de una empresa de Madrid en dos vehículos, donde fueron interceptados. Los coches iban cargados con 120 kilos de cocaína.
La última entrega que frustraron los agentes se practicó en Marbella a otra organización que pretendía distribuir 101 kilos de cocaína.
Un ciudadano colombiano se encargaría de apoyar y colaborar con el transporte mientras otros dos ciudadanos brasileños actuaban como brokers, es decir, buscaban clientes a los que «colocar» la droga a la mayor brevedad posible.
El modus operandi de la organización consistía en realizar pases de 25 en 25 kilos de cocaína. El lugar elegido para la primera partida fue un centro comercial en Marbella al que acudieron tres personas, un colombiano y dos brasileños.
En total, se han incautado en las tres intervenciones 621 kilos de cocaína,, además de 11.000 euros, 10 teléfonos móviles y seis coches.
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