Así consta en la sentencia, en la que el tribunal recoge el veredicto de culpabilidad emitido por un jurado popular y condena al hombre, de 30 años, por un delito de asesinato, con la agravante de parentesco, y un delito de lesiones. Junto a la prisión permanente, le impone una indemnización a la mujer de 125.000 euros por el fallecimiento de su hija.
El tribunal establece la prisión permanente en base a jurisprudencia y al tener en cuenta dos aspectos: la alevosía y la hiperagravación. Respecto al primero, la Sala indica que la alevosía la compone el hecho de que la niña, cuando recibió los cortes en el cuello, estaba dormida y sin posibilidad de advertir la presencia del hombre. Tampoco hubiera podido ofrecer la más mínima defensa aunque se hubiera despertado debido a la posición de tendida sobre la cama en la que se encontraba antes del ataque.
Así mismo, la hiperagravación proviene de ser menor de 16 años o, si se quiere, de los dos años de edad apenas alcanzados y la consiguiente especial vulnerabilidad inherente.
Por ello, el tribunal se acoge a la petición de prisión permanente requerida tanto por la Fiscalía como por las acusaciones dada la gravedad de los hechos cometidos y ante la ausencia de cualquier circunstancia personal que mitigue su desvalor social o el nivel de culpabilidad del condenado.
Los hechos se remontan al 12 de noviembre de 2017, en el domicilio familiar de la calle Padre Castell de Alzira, donde el acusado y su pareja convivían junto con la hija de ésta de dos años. Así mismo, vivía con ellos dos compatriotas a quienes les habían alquilado dos habitaciones.
Ese día, en un momento en el que no había nadie más en la vivienda, el hombre se dirigió a la habitación en la que estaba durmiendo la pequeña, nacida en 2015, y la degolló con un cuchillo de cocina que portaba.
Como consecuencia, la niña falleció por hemorragia aguda debido a una profunda herida cervical. El hombre cometió estos hechos con la finalidad de causar un menoscabo psíquico grave y un perjuicio irreparable a su esposa y madre de la menor después de que le comunicara su intención de divorciarse.
Tras lo sucedido, la mujer sufre un trastorno de estrés postraumático y síndrome de duelo y precisa para su sanidad de tratamiento psiquiátrico y psicológico. El hombre, después de acabar con la vida de la pequeña, se tiró por el balcón de la vivienda y cayó sobre un vehículo que había en la calle.
2 comentarios
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Vaya, esta vez sí por fin! Me sorprende la manera como dan explicaciones por imponer dicha sentencia, da la sensación que se están justificando como si tuvieran miedo de aplicar la prisión permanente revisable...A ver si se van acostumbrando y la aplican más a menudo.
Condena justa, aunque yo le pondría pena de muerte. Espero que los podemitas no quieran derogar la PPR.