Los jóvenes, de nacionalidad española, llegaron en dos vehículos del instituto armado a las 9.45 horas. Un grupo de familiares les esperaban a la entrada del edificio judicial y les dieron ánimos. «Si es que no han sido ellos», repetían entre sollozos. Los detenidos negaron que forzaran a las dos chicas, una española y otra extranjera. Uno de ellos reconoció que se besó con una de las menores y que le tocó por encima de la ropa, según fuentes jurídicas, y que todo fue consentido.
El juez de Instrucción 3 de Manacor, tras tomarles declaración, los dejó en libertad con la prohibición de comunicarse y acercarse a las dos denunciantes. El magistrado también ordenó la retirada de los pasaportes de los arrestados, la prohibición de salir de Mallorca y la comparecencia en los juzgados cada 15 días.
Las chicas, de 15 y 16 años, denunciaron ante la Guardia Civil que el pasado 29 de noviembre se encontraban en una discoteca de Cala Rajada y quedaron con dos de los implicados. Los jóvenes acudieron con otros ocho amigos que comenzaron a tocar el culo a una de ellas.
Las dos adolescentes, al cabo de un rato, se fueron caminando hacia un bar acompañadas por dos de los sospechosos. A mitad del trayecto las montaron en un coche gris en el que viajaban otros cuatro amigos. «Una trampa», según consta en la denuncia a la que ha tenido acceso este periódico.
Los asaltantes las introdujeron a la fuerza en el coche. A una en los asientos traseros y a la otra en el maletero. Durante el camino, tres de los jóvenes tocaron a una de las presuntas víctimas. El coche se detuvo y una de las denunciantes, en estado de shock, se bajó junto a tres chicos, que se quitaron los pantalones y le dijeron que les hiciera una felación. La afectada llamó a su amiga pero no contestó. Los jóvenes le dijeron que dejara de llamarla porque «ya se la estarán follando» y «ahora vamos a pasarlo bien nosotros tres contigo». Uno de ellos le dijo que si no quería con los tres que, al menos, se fuera con él.
La chica accedió porque lo conocía y, una vez apartados del lugar, se besaron. El joven presuntamente le realizó tocamientos y la forzó contra una valla de madera con ramas. La víctima, que presentaba rasguños en la espalda, gritó que parase antes de que acudieran los otros dos amigos. El supuesto agresor escribió poco después a la chica para que fuera a su casa a terminar el acto sexual, pero la adolescente se negó.
La Guardia Civil de Artà detuvo a los seis sospechosos el pasado domingo. Dos quedaron libres el mismo día y los otros cuatro negaron este martes los hechos ante el juez.