El Grupo de Delitos Tecnológicos de la Policía Nacional identificó al autor del delito. | Alejandro Sepúlveda

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No llevó muy bien la salida de la empresa en la que había trabajado durante años como informático. Hasta el punto que una vez finalizada su relación contractual accedió a los ordenadores el 8 de abril de 2017 que tanto conocía para borrar archivos e información por un volumen de más de 500 gigabytes, provocando un grave prejuicio para la entidad, que tiene fijada su sede en Palma.

Por estos hechos la Fiscalía pide para él dos años de prisión por un delito de daños informáticos y será juzgado próximamente en un juzgado de lo Penal de Vía Alemania.

Acceso remoto

Según la acusación pública, el hombre, de 34 años de edad, accedió a través de control remoto a los ordenadores de la empresa. Lo hizo a través de conexión VPN, que permite crear una red local sin necesidad que sus integrantes estén físicamente conectados entre sí, sino que es suficiente una conexión a Internet. Su fechoría las cometió el mismo día en dos ocasiones. La primera pasadas las 19.50 horas y la segunda dos minutos después de las 20.00. Lanzó comandos de formateo de los discos duros de la empresa. Asimismo también reseteó, haciendo volver a los valores de fábrica, los servidores. Esto provocó el borrado de mucha información, alcanzando lo suprimido los 500 gigabytes.

La empresa denunció los hechos y agentes del Grupo de Delitos Tecnológicos de la Policía Nacional descubrió de dónde provenía el ataque a la empresa. La sociedad está personada en el caso como acusación particular

Por todo ello el ministerio público solicita para el varón dos años de prisión al considerarle autor de un delito de daños informáticos. El juicio tendrá lugar en los en las primera semanas de 2020.