Restos de ovejas y gallinas muertas colgadas en los árborles de una finca. | Redacción Sucesos

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«Una matanza. Animales descuartizados, tripas colgadas por las ramas de los árboles y un montón de gallinas, corderos y ovejas degolladas». Estas son las primeras palabras de Cati, una vecina del Camí de Es Comellà des Betzers, en Santa Eugènia.

Agentes de la Policía Local y de la Guardia Civil del Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza) se han hecho cargo de la investigación del extraño hallazgo registrado en una zona boscosa y poco transitada del municipio mallorquín.

«Eran las 22.30 o las 23.30 horas, no me acuerdo muy bien. Había luna llena y los perros comenzaron a ladrar de forma muy insistente, pero la verdad es que no les hice mucho caso. En este camino no hay casi vecinos porque estamos muy apartados de la carretera. A la mañana siguiente, nada más levantarme, descubrí una gran cantidad de basura. Estaba todo muy sucio. Cuando llegué a la zona trasera de la finca me encontré con los restos de un ritual satánico. No pude aguantar la mirada y comencé a correr para pedir socorro», comenta Cati.

A la llegada de las primeras unidades policiales, los agentes se encontraron con una escena dantesca. Cuatro o cinco gallinas muertas y decapitadas. En las ramas de los árboles una gran oveja abierta por la mitad en canal y las tripas esparcidas por las ramas y el suelo. Unos corderos degollados, sangre por todo y una caja de cartón con agujeros en forma de altar en el centro del oficio satánico. Los policías confirman que allí se practicó un sacrificio de animales.

Todo apunta a que fue un hechizo de magia negra

Los expertos apuntan a que nos encontramos ante un caso de santería, hechizos y magia negra. Los diversos objetos hallados y la forma de decapitación de los animales sugiere a que se trata de una ceremonia de brujería.

El brujo o hechicero que practicó la ceremonia hace una especie de contrato en el que emplea energía con el animal.