El ‘Cóndor’, helicóptero de la Policía Nacional, consiguió obtener imágenes de los incumplimientos de los residentes. | Policía Nacional

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Los residentes de Son Banya han decidido romper el confinamiento y el cierre temporal del poblado por el coronavirus para activar de nuevo la venta sistemática de droga en sus más de 25 puntos de distribución.

Hace unos días, el ‘Cóndor', Unidad Aérea de la Policía Nacional, detectó una inusual afluencia de vehículos y tráfico de personas. Desde el aire, se captaron imágenes de turismos accediendo al recinto y comprando droga en los diferentes puntos de venta.

Además, una de las imágenes que más sorprendió a los agentes fue la gran cantidad de personas que, sin motivo justificado e incumpliendo todas las medidas de seguridad recomendadas, permanecen de forma habitual en las calles. También se puede ver a los niños jugando en la calle y corrillos de vecinos hablando entre ellos en plena calle. Todo ello incumpliendo las medidas de restricción dictadas por el Gobierno durante el estado de alarma.

PALMA. EPIDEMIAS. CORONAVIRUS. Los vecinos patrullan Son Banya para que no se cuelen los yonkis.

Retiran la barricada

Lo más llamativo es que la barricada que prohibía la entrada y salida de foráneos del poblado ya ha sido retirada. El domingo 29 de marzo, a las 20 horas, los vecinos del poblado instalaron una gran barricada en la única puerta de entrada y salida. Colocaron unos muros de hormigón, contenedores de basura y otros objetos para impedir el acceso.

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Además, anunciaron el reparto de las funciones de piquetes informativos (personas que comunican a los compradores del cierre). Se trataba de la primera vez en la historia del poblado de Son Banya que los clanes gitanos que controlan la venta, distribución y tráfico de drogas habían decidido realizar un cierre total de la actividad. «Todo era mentira. Una farsa, una estrategia de los responsables de la venta de droga para tratar de bajar la intensidad y presión que ejercía la Policía Nacional con los controles permanentes a los accesos del supermercado de la droga. Fueron muy listos. Montaron un gran show televisado, vendieron a la opinión pública el cierre y pasados unos días, cuando la presión policial, han vuelto a las andadas», apunta un experto policial consultado por Ultima Hora.

A partir de ahora, se vuelven a incrementar los controles de la Policía Nacional, la Policía Local e incluso del Ejército en los alrededores de Son Banya (en especial en el Coll den Rabassa, la autopista y la zona del aeropuerto), lo que ayudará todavía más el control de entrada y salida del asentamiento gitano.

Instalarse en otras barriadas de Palma durante la crisis

La llegada de la pandemia ha dibujado una realidad desconocida en aquellas chabolas, desde donde llevan más de cuarenta años vendiendo de forma ininterrumpida cocaína, heroína, hachís y marihuana.

Ahora la actividad ilícita, tan lucrativa antes, ha sufrido un duro revés. Los narcos pretendían instalarse en otras barriadas de Palma, pero la presión policial ha podido con ellos.

PALMA.