En el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Baleares, la defensa ha llegado a un acuerdo con las acusaciones por el que el procesado ha reconocido los hechos. Con todo, en su turno de última palabra, el hombre se ha sacado un papel del bolsillo y ha estado a punto de retractarse -al parecer, no estaba de acuerdo con algunos detalles del relato-, pero ante las preguntas del tribunal para que aclarase su postura, ha zanjado: «No tengo nada que decir».
De este modo, el hombre ha reconocido que, el 31 de marzo de 2019, asestó hasta cuatro puñaladas a la víctima mientras dormía. Con este acuerdo la defensa ha logrado reducir la pena que se le pedía, originalmente de 14 años de prisión.
Con todo, el hombre sólo cumplirá siete de los diez años de la condena y a partir de ese momento será expulsado de España por diez años, puesto que se encuentra en situación irregular. En el momento de los hechos, llevaba tres años en el país y estaba próximo a obtener la residencia legal. «Pasó lo que pasó y es obvio que ya no me la van a dar», ha comentado durante su declaración en el juicio.
Además, el hombre deberá indemnizar a la víctima con 14.000 euros por las lesiones, las secuelas y el daño moral. También se le impone una orden de alejamiento durante 15 años respecto a la víctima.
Los hechos se remontan a una discusión entre el procesado y otra persona, de madrugada, en Manacor. Según ha indicado la víctima, estaban en una fiesta en una casa y se inició una pelea porque un tercero, un conocido de la víctima, le había llamado «marica» delante de unas chicas.
Se enzarzaron en una pelea en la que se propinaron algunos golpes y patadas. La víctima intervino para separarles, empujando al acusado al suelo, y finalmente cada uno regresó a su casa.
Unas horas después, el acusado fue hasta el domicilio de la víctima, y se coló en el interior al encontrar la puerta abierta. Accedió al dormitorio donde se encontraba el hombre profundamente dormido y le acuchilló en el pecho.
La víctima ha relatado que sintió «algo muy fuerte» cerca del pecho y que cuando abrió los ojos vio al agresor sobre él. Según ha detallado, llevaba una sudadera negra con capucha, pero le reconoció.
La víctima intentó zafarse del atacante lanzándolo hacia arriba y recibió otras tres puñaladas (dos en los brazos y una en la ingle, cerca de la arteria femoral). Tras un forcejeo, el acusado salió huyendo. La familia de la víctima lo llevó al hospital.
Unas cinco horas más tarde, el agresor se entregó en dependencias policiales. «Vengo a pagar por lo que he hecho, lo he hecho mal y voy a pagar» dijo. El acusado ha manifestado que actuó alterado por un medicamento que tomaba y el alcohol. «Lo hice fuera de mis cabales, al ver que lo habían llevado al hospital fui a la policía y me declaré culpable», ha explicado.
En su informe final, la Fiscalía ha destacado «la seriedad e intensidad del ataque» y la fuerza y agresividad empleadas.
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