La Policía Nacional ha desarticulado la organización. | Redacción Sucesos - @ORBITSS11

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–Hola. ¿Estás abierto?

–Sí, sí.

–Quiero dos.

–Vale. ¿Dónde siempre?

–Sí.

–En 30 minutos estamos ahí.

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–Gracias (emoticono de pulgar hacia arriba).

La venta de droga a través de grupos de Whatsapp no fue una buena idea. La jueza de Instrucción 2 de Palma, en funciones de guardia, acordó el pasado miércoles el ingreso en la cárcel de diez presuntos narcotraficantes de la banda de colombianos desarticulada en Mallorca y Madrid tras la incautación de 4,5 kilos de cocaína. Los otros dos detenidos en la capital también entraron en prisión.

Secreto de sumario

Los diez arrestados en la Isla se negaron a declarar ante la magistrada de guardia, ya que la causa se encuentra bajo secreto de sumario. La Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) de la Policía Nacional empezó la investigación contra la organización hace varios meses. Los sospechosos se hacían pasar por repartidores de comida a domicilio durante el confinamiento y crearon un sistema sofisticado para vender sustancias estupefacientes por grupos de Whatsapp.

Los compradores debían recibir la invitación de algún miembro del grupo y enviar una fotografía de su DNI. Era una forma de aval. Los supuestos narcotraficantes querían fidelizar a los clientes y así tener un control de los compradores para evitar posibles topos y chivatazos.

El pasado domingo se llevó a cabo el operativo policial que acabó con la red que contaba con ramificaciones en Madrid. La Policía Nacional se incautó de un kilo de cocaína en Palma y 3,5 kilos en la Capital. Los investigadores descubrieron que los vendedores de cocaína llegaban a España con un visado de turista procedente de Colombia. La organización se hacía cargo de todos los gastos y les facilitaba, además, un vehículo de ‘empresa’. Los vendedores, según fuentes policiales, cobraban un sueldo aproximado de 3.000 euros para saldar la deuda.

Los jefes de la banda compraban importantes cantidades de droga en Madrid, la adulteraban y la introducían en Mallorca. Los repartidores de la Isla se encargaban de vender la sustancia a través de grupos de Whatsapp.