Los hechos sucedieron a las puertas de un local de la calle Emili Darder de Palma. | Redacción Sucesos

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Un pelea de bar entre dos clientes acabó con uno de ellos detenido por un presunto delito de tentativa de homicidio y otro ingresado, en estado grave, en el hospital de Son Espases.

Los hechos tuvieron lugar en la madrugada del sábado al domingo en el exterior de un bar de la calle Batle Emili Darder, 56 de Palma. Las primeras hipótesis de la investigación, a cargo de agentes del Cuerpo Nacional de Policía, apuntan a que un hombre, de 51 años y nacionalidad española, agredió brutalmente a otro cliente utilizando para ello una copa de cristal rota. Con la misma, le asestó un corte a la altura del cuello que le ocasionó una herida muy profunda y sangrante de más de 10 centímetros en el cuello y otra en la oreja.

Como consecuencia del corte, la víctima, varón de 41 años y nacionalidad española, quedó tendida en el suelo sangrando de forma abundante. Una mujer, que posteriormente se identificaría a los agentes actuantes como sanitaria, fue la que tuvo que realizar la primera asistencia al herido y taponar la herida.

Imagen de la copa rota con la que le agredió
Imagen de la copa rota con la que un cliente agredió a otro.

Con suma rapidez, agentes del Cuerpo Nacional de Policía y varias ambulancias del Servei d'Atenció Mèdica Urgent (SAMU-061) se personaron en el lugar del suceso para asistir a la víctima. A su llegada, se encontraron al paciente tendido en el suelo y un charco de sangre junto al mismo. La efectiva actuación de la sanitaria que le atendió en primera instancia resultó determinante para salvarle la vida.

Con suma celeridad, los médicos desplazados hasta el lugar del suceso consiguieron estabilizar al herido y trasladarlo hasta el hospital de Son Espases donde se recupera de sus lesiones. Su estado es de pronóstico reservado dentro de la gravedad.

El local y sus alrededores era todo un caos. Más de 50 personas en la puerta del local, gritando y los nervios a flor de piel. La mitad de las personas que estaban en la calle estaban borrachas y atemorizados. Nadie quería decir ni colaborar con la policía.

Los agentes se percataron de la presencia de un hombre, el ahora detenido, que entre la multitud se introducía en un coche para abandonar el lugar. Los policías consiguieron inmovilizarle y al pedirle que dejara las llaves del coche sobre el salpicadero pudieron observar que el varón estaba todo ensangrentado.

Acto seguido, el sospechoso reconoció que, instantes antes, había mantenido una acalorada discusión con un cliente por un tema relacionado con una mujer y un ataque de celos.