Fotografías aéreas de las chatarrerías ilegales que figuran en los informes policiales del SEPRONA de la Guardia Civil. | Redacción Sucesos

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Venta de droga, oleada de robos, amenazas de muerte y delitos medioambientales están a la orden de día en el nuevo ‘polígono de la droga' de Son Cladera.

Agentes del Cuerpo Nacional de Policía (grupos de estupefacientes) y del SEPRONA de la Guardia Civil (delitos contra el medio ambiente) se han hecho cargo de la investigación de tres supuestos asentamientos ilegales que se han instalado en la citada barriada palmesana.

Una zona agrícola y ramadera de gran tradición mallorquina se ha visto alterada con la llegada de decenas de africanos, gitanos y sudamericanos a la zona. A partir de ese instante, comenzaron a ocupar terrenos y a levantar edificiaciones de forma totalmente ilegal. Los vecinos y payeses de toda la vida no daban crédito a lo que estaba sucediendo. En cuestión de meses, se disparó la venta de droga y llegaron las oleadas de robos. De hecho, hay vecinos a los que los ladrones les han asaltado dos y tres veces por semana.

Por su parte, el SEPRONA de la Guardia Civil levantó un acta en el que manifiesta a la autoridad judicial la existencia de numerosas propiedades que realizan actividadaes de chatarrería y desguace de vehículos, todo ello sin ningún tipo de permiso. «Dichas acciones están repercutiendo tanto en la salubridad de la zona, molestías de ruidos y falta de higiene que provoca la proliferación de ratas, así como la contamientación de las aguas subterráneas, presuntamente por la filtración de hidrocarburos y aceites derivados de las actividades de desguace que se realizan sin permiso», afirma el instituto armado.

Los residentes de la zona muestran su impotencia. «Hemos denunciado esta situación a todas las instituciones, pero todos se lavan las manos. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad son los únicos que nos atienden, pero nos dicen que los afectados son insolventes y que carecen de domicilio conocido», añade uno de los afectados.

La entrada y salida de vehículos en las chatarrerías es constante. Centenares de personas acuden a diario para entregar chatarra y lo hacen sin ningún tipo de medidas de seguridad sanitarias.

«Por un lado tenemos al clan gitano y algunos de los africanos se dedican a vender droga. Los nigerianos que se encargan de las chatarrerías y, por si faltara poco, los sudamericanos se han hecho un campo de fútbol y se montan unas fiestas espectaculares los fines de semana en la que se emborrachan. Lo peor es que hay empresas con aspecto de legales que están montadas en un terreno rústico ramadero y nadia hace nada», comentan los vecinos.

«Llamamos a la Policía Local de Palma y no vienen»

Los vecinos de la zona del camino de Can Mayol se muestran especialmente indignados con la Policía Local de Palma y el Ayuntamiento de la capital balear. «Les llamamos y no vienen. Estas empresas están instaladas de forma ilegal en terrenos rústicos. El Ayuntamiento lo sabe y no hace nada. Es más, campan a sus anchas y se han apoderado de la zona», concluyen los portavoces vecinales. El caso está denunciado desde hace meses.