Los ahora detenidos eran especialistas en escalar fachadas y acceder a las primeras y segundas plantas de los edificios. Para ello, siempre lo hacían descalzos. Una vez dentro de las viviendas no tenían ningún pudor en acceder a las habitaciones con los moradores de las casas durmiendo en su interior e incluso desvalijarles las carteras y móviles que tenían sobre las mesitas de noche. Si los residentes se despertaban no dudaban en utilizar la violencia.
Arresto
Hace unos días, los agentes procedieron a la detención de tres jóvenes, de origen argelino, dos de ellos -de 36 y 18 años- como autores de hasta doce robos con fuerza en domicilios y el tercero, de 19 años, como autor de un delito de robo con violencia en una finca sita en el barrio de Puig de Sant Pere de Palma.
Desde mediados del mes de septiembre, la Policía Nacional empezó a recibir numerosas denuncias de robos con fuerza en domicilios con los moradores dentro, en las zona centro de Palma, barrios de sa Catalatrava, Pere Garau y Foners, por lo que se inició una investigación. Los investigadores del Grupo de Robos comprobaron como en todos los casos se llevaba un modus operandi muy concreto, nada habituales en la comisión de robos en la capital balear.
Se pudo verificar que los autores accedían a las plantas primera y segunda de los edificios, escalando por la fachada donde se ayudaban de los tubos de los canalones, así como de los cables de los propios edificios, accediendo a través de las ventanas y balcones que se encontraban abiertos, llegando a descalzarse antes se trepar para evitar hacer ruido una vez dentro de la vivienda. La mayoría de los robos se cometieron a última hora de la madrugada. Los autores no revolvían el interior, se limitaban a sustraer lo que estaba a la vista. Sustraían carteras, dinero, teléfonos móviles, perfumes e incluso ropa de mujer.
Tras numerosas gestiones se obtuvieron indicios y pruebas que determinaban la participación de un joven y un hombre, logrando su plena identificación. Ambos no disponían de domicilio conocido, averiguando que vivían de okupas en un edificio muy problemático, ubicado entre las calle Joan Bauzá y Joan Mestre de Palma. Sus molestias eran constantes provocando la desesperación de los vecinos de la zona.
Violencia
Uno de los robos tuvo lugar la madrugada del día 13 de septiembre, cuando el morador de una vivienda se levantó sobresaltado al escuchar cómo se abría la puerta de la terraza de su finca, sorprendiendo a un joven, que intentó huir del lugar. El morador le sujetó para intentar retenerle, forcejeando entre ellos, si bien la víctima recibió una patada. Finalmente, la jueza envió a prisión a los cabecillas de la banda.