En el juicio, uno de los policías locales de Palma que acudió en auxilio de la mujer tras recibir el aviso de una vecina relató lo que ocurrió cuando detuvieron al hombre. «Al llegar al lugar, una especie de descampado, nos los encontramos desnudos, él encima de ella, y la chica nos pedía ayuda en inglés», explicó a la juez. Los agentes se abalanzaron sobre el varón y lograron, no sin problemas, reducirlo.
El acusado, que en el momento de los hechos se encontraba de vacaciones en Mallorca, explicó que ese día, el 7 de julio, estuvo bebiendo toda la jornada. «No paré de beber en compañía de unos amigos. Por la noche pagué 50 euros por el servicio a una chica. No tuve una erección, no consumamos el acto, y ella me pidió otros 50 para quedarse más tiempo», relató con la ayuda de una intérprete. Asimismo, rechazó cualquier tipo de agresión a la presunta víctima.
La presunta víctima, también con una traductora, explicó algo muy distinto. «Al no poder tener la erección se puso muy violento y me dio miedo. Le dije que me iba y me agarró fuerte por los brazos. Después empezó a pegarme puñetazos en la cabeza y me tiró al suelo. Allí me rompió el sujetador. No paraba de manosearme para excitarse», subrayó. Una vecina escuchó los gritos de la mujer y llamó a la policía.
La Fiscalía solicita para el varón tres años y medio de cárcel y que indemnice a la víctima en 5.350 euros. El juicio quedó visto para sentencia.
2 comentarios
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pues algo bueno que tuvo el covid en el 2020 es que no tuvimos este tipo de turistas.
Este es un ejemplo de las consecuencias del turismo de borrachera y el todo incluido que tenemos que soportar. De pena.