Paco nació en Barcelona, pero llegó a Mallorca cuando era un bebé. Antes de aprobar la oposición de bombero trabajó como peluquero de señoras. «Aquello la verdad es que no me gustaba», reconoce el bombero jubilado. Dejó las tijeras y se presentó a las oposiciones de Policía Local, pero no dio el perfil. «Eso va con el carácter y yo no sirvo para poner multas, perdonaría todas».
Optó por hacerse bombero y a los 23 años accedió al parque de Son Castelló en 1984. Desde entonces ha visto nacer el de s'Arenal, el de sa Teulera, unas dependencias que hubo en San Fernando y el de Son Malferit.
«Todo ha cambiado mucho, sobre todo en el tema de protección individual. En los 80 entrábamos en el fuego prácticamente en mangas de camisa. Nuestros chaquetones buceaban en humo y no se lavaban. Los equipos de respiración los usabas y los volvías a colgar en el camión. Ahora no. La máscara se desmonta y sigue un protocolo de limpieza e higienización».
El exbombero echará de menos las intervenciones en fuegos «de intensidad». «Me gusta la acción, no sé si debe ser adicción a la adrenalina». Paco apunta que los párquines subterráneos son muy peligrosos. «Te estás metiendo en un agujero. El humo no es como en las películas, que están dentro del incendio y están viendo. En la realidad te metes ahí dentro y no ves nada».
Paco, que tiene un máster de community manager, se jubila pero seguirá vinculado a los bomberos de Palma. Continuará actualizando las redes sociales.
4 comentarios
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Hay que darle el premio Nobel a este bombero vaya descubrimiento interesante
Un abrazo Paco, y que tengas una jubilación larga y llena de salud. Nos veremos en los San Juan de Dios normales, que algún día volverán...
Menos lobos Paquito, menos lobos. . . gracias por tantos años de servicios y enhorabuena por tu jubilación sin "mayores males".
Enhorabuena Paco, y gracias por todo, con más personas como tú haríamos un mundo mejor.