Los agentes iniciaron una investigación tras recibir una denuncia en la que un repartidor de mercancías había sido objeto de un robo con intimidación por parte de dos jóvenes que le pusieron un objeto punzante en la espalda para a continuación robarle su teléfono móvil.
El contenido de la denuncia y su gravedad, puso en alerta a los investigadores, quienes comprobaron que no había sido objeto de ningún robo con intimidación y que nadie le puso ningún objeto punzante, sino que dos jóvenes sustrajeron al descuido el teléfono aprovechando que la furgoneta estaba abierta y el móvil estaba a la vista.
Los investigadores constataron que el hombre ya había interpuesto dos denuncias anteriores por sendos robos con violencia donde llegó a ser agredido para sustraerle en los dos casos el móvil. Así, los agentes averiguaron que se trataba también de otras dos simulaciones y que además había tramitado el seguro en los tres casos, cobrando de las aseguradoras.
Desde la Policía Nacional han recordado que tanto la simulación de delito como la estafa son infracciones penales. La estafa, que por lo general cometen a las aseguradoras con posterioridad, está castigada con penas de seis meses a tres años de prisión.
De acuerdo con la Policía, en muchos casos las simulaciones se realizan con el propósito de cobrar de la aseguradora con la que se tiene contratada una póliza que cubre el robo del móvil, pero no el hurto o extravío del mismo.
Desde hace varios años la Policía Nacional cuenta con especialistas en este tipo de hechos, cuya veteranía les permite descubrir rápidamente cuando se trata de un hecho ficticio, y recabar pruebas de que el contenido de la denuncia no se corresponde con la realidad.
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