El Grupo de Robos de la Policía Nacional ha llevado a cabo la investigación. | Policía Nacional

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Posaban con una réplica de un fusil de asalto AK-47 en sus perfiles de Instagram y compraban lotería utilizando una de las tarjetas de crédito que robaron en un domicilio de la zona centro de Palma. La banda de jóvenes estaba compuesta por seis hombres y una mujer, de entre 18 y 25 años, y vivía de okupa en una antigua sucursal bancaria de las Avingudes. La Policía Nacional ha desarticulado el grupo tras una compleja investigación que ha permitido esclarecer al menos cuatro robos en casas habitadas, entre septiembre y octubre de este año, y un atraco violento a un hombre en plena calle de madrugada.

El Grupo de Robos inició la investigación tras recibir una serie de denuncias por robos con fuerza en viviendas situadas en Sindicat, Montisión y La Calatrava.

Los ladrones entraban en las casas de noche, escalando por las ventanas y balcones, mientras los moradores dormían. Los delincuentes se apoderaron de una bicicleta Canyon Ultimate, un patinete eléctrico, carteras con dinero y documentación, dispositivos electrónicos y otros efectos. Con una de las tarjetas de crédito sustraídas gastaron 159 euros en máquinas expendedoras, un estanco y una cafetería. Los agentes realizaron gestiones para tratar de esclarecer los hechos y averiguaron que un grupo de jóvenes estaba detrás de los robos.

A medida que avanzaba la investigación se descubrió que cuatro de ellos estuvieron implicados en el atraco violento a un hombre, sobre las 02.30 del pasado 14 de octubre, en la calle Mateu Enric Lladó. La víctima fue abordada por la espalda por varios jóvenes que le propinaron multitud de golpes para robarle el teléfono móvil y la cartera.

El apunte

Vivían como okupas en una sucursal bancaria de las Avingudes

Los siete detenidos vivían como okupas en un antigua sucursal bancaria situada en el número 20 de la Avenida Comte de Sallent. El Grupo de Robos de la Policía Nacional registró el establecimiento y localizó a dos menores que se encontraban fugadas de sus domicilios y fueron devueltas a sus padres. Durante la inspección del local, tres de los arrestados mostraron una actitud agresiva con los policías. En los calabozos, uno de los jóvenes profirió amenazas a uno de lo agentes.