Alejandro Ortiz inició una huelga de hambre este pasado verano a las puertas del Ayuntamiento de Calvià. | Michel's

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Alejandro Ortiz, padre de Malén, la joven de 15 años desaparecida en las inmediaciones de Son Ferrer, Calvià, en 2013, ha vuelto a sentarse en el banquillo de los acusados por sus problemas con agentes de la Policía. Si en marzo de 2019 fue condenado a seis meses de prisión por un delito de resistencia tras enfrentarse a los agentes en septiembre de 2018 en Santa Ponça, este martes fue sentenciado a dos meses y medio de prisión y una multa de 540 euros por graves amenazas a funcionarios tras ser interceptado en un control de alcoholemia en la calle General Riera.

El primer incidente, según Fiscalía, tuvo lugar sobre las 21.00 horas del 28 de septiembre de 2018. Unos vecinos de Ortiz alertaron a la Policía Local de Calvià de su estado alterado. Agentes de la policía y la Guardia Civil acudieron a la llamada y se personaron en su vivienda, donde el hombre les negó la entrada, aunque minutos después bajó con ellos al parking para mostrarles su identificación. Allí empezó a proferir insultos hacia los agentes. «Maltratadores, hijos de puta, corruptos, drogadictos...», sobre todo a un policía local en concreto al que le dijo «me has matado a mi hija, te voy a matar, el alcalde mañana se va a enterar, lo voy a matar».

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El segundo suceso ocurrió en la calle General Riera de Palma el 23 de septiembre de 2019, donde varios agentes de la Policía Local observaron a un vehículo con una conducción extraña, dando bandazos. Fue interceptado y sometido a la prueba de alcoholemia, donde arrojó un resultado positivo. Mientras le hacían el test empezó a insultar y a amenazar de muerte a los policías. El martes reconoció los hechos ante la jueza de lo Penal número 1 de Vía Alemania.

En 2014 se ya sentó ante el juez en un juzgado de Instrucción de Palma por amenazar de muerte a su exsuegra. El último episodio problemático de Alejandro Ortiz tuvo lugar en julio de este año. La Guardia Civil lo detuvo acusado de amenazar de muerte al alcalde de Calvià, Alfonso Rodríguez. Tras quedar en libertad, el empresario argentino inició una huelga «de hambre y de sed» frente al consistorio, denunciando que todo era parte de un complot contra él.