El acusado, el día que se celebró la vista, en un juzgado de lo Penal de Vía Alemania. | Juan P. Martínez

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Se llevó cinco botes de gel de baño valorados en 11,37 euros de un supermercado de la calle Manacor de Palma. Y en la huida amenazó a la encargada del establecimiento y a dos guardias civiles, a los que sacó una jeringuilla. Los hechos ocurrieron la tarde del 11 de agosto de 2020. Año y medio después, el procesado, de nacionalidad española, reconoció su culpabilidad en un juzgado de lo Penal de Vía Alemania y aceptó una pena de nueve meses de prisión tras el acuerdo al que llegaron su defensa con la representante de la Fiscalía y la abogada de la acusación particular.

El suceso tuvo lugar sobre las 20.00 horas. El acusado accedió al supermercado como cualquier otro cliente, pero tenía un objetivo en mente: robar botes de gel. Y lo hizo, aunque al final no se pudo salir con la suya. Cuando intentó abandonar el establecimiento con la mercancía, valorada en 11,37 euros, la encargada lo vio y le pidió que devolviera los productos. El hombre hizo caso omiso a la demanda de la trabajadora y le amenazó haciendo ademán de agredirle con los puños. «Como te acerques te pego», dijo. Así consiguió salir a la calle, donde se topó con dos guardias civiles. Estos lo interceptaron con los cinco botes de gel, pero para evitar ser detenido el varón les mostró una jeringuilla con la intención de atacarlos. Finalmente fue reducido y los efectos fueron devueltos al supermercado.

Inicialmente la Fiscalía pedía para el imputado, que cuenta con antecedentes penales, dos años y ocho meses de cárcel, pena que se vio rebajada tras el acuerdo de conformidad que alcanzaron las partes antes de la vista. La jueza dictó sentencia en el acto.

El apunte

La pena quedó suspendida por un plazo de tres años

El imputado, que tiene antecedentes, no ingresará en prisión al quedar la pena de nueve meses suspendida por un plazo de tres años. Para ello tendrá que cumplir dos condiciones: no volver a delinquir en dicho periodo de tiempo y también someterse a un programa de deshabituación a las drogas.