No se lo pensaron. Pablo González, Tomeu Barceló y Tomás Carracedo son los tres agentes de la Policía Nacional que la madrugada del jueves salvaron la vida a las tres personas que se encontraban dentro de la vivienda que empezó a arder. Este viernes han rememorado lo ocurrido en el número 68 de la carretera de Valldemossa. «Sin hablarlo fue todo rodado, cada uno asumiendo su rol, teníamos claro que había que salvar a las tres personas que había en el piso».
El agente González, oficial de la brigada de seguridad ciudadana, ha relatado cómo se enteraron del incendio. «Nos dirigíamos a base a hacer gestiones y nos enteramos que se había declarado un incendio a unos 500 metros de donde estábamos. Fuimos los primeros en llegar», ha señalado. Aparcaron el vehículo, dejando espacio para cuando llegaran los bomberos, y se dirigieron al piso que le indicaron los vecinos. «Rompimos la puerta a patadas y entramos. Uno llevaba el extintor, se dirigió a la cocina a extinguir las llamas y los otros dos nos fuimos a gatas a por las personas que pedían auxilio, que no paraban de repetir 'mi madre no puede caminar'», ha subrayado.
Una vez fuera de peligro el matrimonio, Juan Mas y Marga García, los dos agentes regresaron a por la anciana, de 88 años. «Valoramos los riesgos, arriesgamos nuestra vida con un límite. Decidimos no esperar más y el compañero la cogió en volandas y nos fuimos al descansillo», relató González.
Uno de los agentes tuvo que ser evacuado al hospital tras el suceso. «Me ahogaba, me ardía la zona del cuello y tenía muchas ganas de vomitar», ha explicado el agente Barceló. Estuvo ingresado unas doce horas recibiendo oxígeno. Sobre la actuación ha explicado que todo pasó muy rápido. «En ese momento no eres consciente del tiempo que pasa», ha dicho.
Tomás Carracedo, al igual que el oficial, ha querido resaltar la importancia de los cursos realizados por los bomberos a los distintos cuerpos policiales para actuar en estos casos. «Teníamos claro que no podíamos estar levantados y sí a gatas el máximo tiempo posible. El objetivo era sacar a la gente rápido». Él fue quien cogió en brazos a la anciana, que lejos de estar nerviosa por la situación vivida, ha recordado que «estaba muy tranquilla. No sé si sintió segura con nosotros o que notó que la cosa iba bien», ha explicado.
18 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
Faveta¡Qué equivocado está y cuanto reencor se recoge en sus palabras! De la misma manera que los bomberos no tienen que actuar contra un atracador armado, la Policía no tiene ninguna obligación de entrar a viviendas en caso de incendios ya que no tienen la preparación ni los medios para hacerlo. Tanto es así que los protocolos que usted menciona establecen no entrar y esperar la llegada de los bomberos. Esos tres agentes arriesgaron su vida para salvar la de otra persona yendo mucho más allá de lo que el deber profesional les exige y es justo que así se reconozca, independientemente que a usted le guste más o menos la fotografía pero es que, igual que no son bomberos, tampoco son modelos.
@ Mallorca: Bienvenid@ a la REALIDAD de los gabinetes de prensa y sus contactos periodísticos. UNA MÁS....Y SUMA Y SIGUE !!!
el verdadero héroe no posa. yo los admiro pero era simplemente su deber.yo no posaria en foto ni a pegaría medallas.
!!!ENHORABUENA!!! Y GRACIAS!!!!
@Mallorca, ordenanzas municipales
Los compañeros de la Policía Local, que también acudieron y entraron, ni mención alguna...
Pues la verdad es que, a esa mujer, le salvaron la vida seguramente y cuando ésto pasa hay que darles la enhorabuena. Si fuese vuestra madre les estaríais agradecido.
Pecho lobo.
Sois unos héroes por la solidaridad por toda vuestra dedicación y por tanto que hacéis arriesgando vuestra vida por el prójimo. Comentarios como alguno por ahí negativo no tiene importancia, sois increíbles, millones de gracias.
Pues ya tienen la foto y la proxima medallita. Es algo que todos esperan en su turno para podersela colocar, y ese dia tuvieron suerte ellos. Casa dia se salvan vidas por parte de medicos y bomberos y no hay tanto circo. Vergüenza ajena