Nicola, a la izquierda, junto a su hermano Mario, en unas navidades que pasaron en Sidney. | Familia Decandia

TW
24

«Hay un abismo en nuestras vidas que nunca se cerrará. Lo único que podemos hacer ahora, junto con nuestras familias y todos los amigos, es recordarlo y honrarlo como se merece». Nicola Decandia, el hermano del italiano atropellado mortalmente en el Paseo Sagrera por un coche de la Policía Local, concedió este sábado una entrevista a Ultima Hora desde Cerdeña, donde reside. «El primero en recibir la noticia fui yo, sobre las cuatro de la madrugada, a través de un amigo que vive y trabaja en Mallorca. Entonces informé al resto de la familia», recuerda. Las noticias que les llegan a través de los medios de comunicación son contradictorias, por lo que Nicola insiste en que «nuestro objetivo ahora es conocer sólo la verdad de lo que le pasó a Mario».

Denuncia

Preguntados sobre si tienen intención de presentar una denuncia contra la Policía Local de Palma o el Ajuntament, matiza: «No conozco la legislación española ni cuál es el procedimiento burocrático en estos casos. Me parece normal que la denuncia sea de oficio y no hace falta ponerla teniendo en cuenta que, en realidad, se trata de una muerte violenta». La familia tiene claro que en los próximos meses viajará a la Isla, aunque ahora la prioridad es otra: «En este momento solo pensamos en recuperar el cuerpo lo más rápido posible para poder darle una sepultura adecuada». Sobre si ha recibido el pésame de las autoridades isleñas, explica que «fui contactado al día siguiente por la tarde, 16 horas después del accidente, a través de un intérprete de la Policía Local con el simple objetivo de formalizar el accidente y el fallecimiento».

Noticias relacionadas

Durante la conversación con este periódico, Nicola rememora que Mario estaba en un buen momento personal y profesional: «Mi hermano estaba feliz, amaba su trabajo y su vida y se lo estaba pasando genial en Palma. Lo había escuchado unos días antes en una videoconferencia donde me mostraba orgulloso el restaurante en el que trabajaba. Yo creo que todos han perdido a una persona con un corazón inmenso y Palma, como comunidad, está entre las víctimas». La familia no quiere oír hablar de indemnizaciones: «El dolor de la pérdida no sana y no serán las pruebas, las compensaciones o cualquier otra cosa lo que nos lo devuelva. Mi hermano vivirá por siempre en la memoria de todos los que lo conocieron y este recuerdo es imborrable y eterno. Dicho esto, pondremos todas las fuerzas que nos quedan para hacerle justicia. En este momento, las noticias que nos llegan de diversas fuentes parecen configurar un escenario opaco con testimonios que son inmediatamente desmentidos».

Los allegados a Mario se refieren «a si el coche patrulla llevaba las luces encendidas o apagadas, las llamadas de emergencia o una simple imprudencia, y al alcohol que aparece y desaparece del coche». Con todo, insisten en un punto: «Debe quedar claro desde el principio que nuestro objetivo no es vengarnos. La Policía Local y la ciudad de Palma no son nuestros enemigos. Nuestro propósito es la verdad y ésa solo puede ser una».

Muchas dudas

Para los Decandia, en este caso hay demasiadas dudas. Demasiados interrogantes. «Nos preguntamos por qué la primera preocupación de los compañeros que llegaron al lugar fue registrar el auto. ¿Qué buscaban? ¿Los policías fueron llevados a un hospital para verificar o no la prueba de alcohol y drogas?». Nicola insiste en que «confiamos de todo corazón en la máxima transparencia por parte de la autoridades. Somos los primeros en cometer errores y no tenemos ningún interés en arruinar la vida de nadie. Si los policías se equivocan, aceptaremos el error como seres humanos y saldremos adelante cada uno con su dolor». Eso sí, ponen una condición: «Que se sepa la verdad».