Tan arraigado está el hábito en el pueblo de izar al alcalde a hombros y también al jefe de la policía local, este último al menos desde hace unos 10 años, llevarlos desde la tarima hasta el centro de la plaza en medio de la bulla, que hasta ahora nadie le había dado la transcendencia que ha tenido en esta ocasión cuando el vídeo comenzó a circular el domingo por internet. La costumbre original de cargar al alcalde, de la que parte la actual, data de los tiempos de Antonio Pons Timoner, en los inicios de la democracia. En el último decenio se ha sumado la de hacerlo también con el representante policial.
El jefe de policía no les quiere expedientar
El subinspector de Alaior, Francesc Pons, no comparte los comentarios que han suscitado las imágenes, porque considera el hecho espontáneo una muestra de agradecimiento de la gente hacia su policía. Los jóvenes que izaron a los policías primero lo intentaron con su propio jefe, como en los años anteriores, pero este no lo permitió en esta ocasión. «Todos seguíamos el momento, somos partícipes de la fiesta pero desde nuestra posición de servicio, y si hay que actuar por algún incidente ahí estamos», indica Pons. Fueron dos minutos los que duró el recorrido «en los que el resto estábamos dispuestos para cualquier cosa».
Se da la circunstancia de que poco antes del fin de fiesta en el que se produjo este hecho, el mismo oficial que fue levantado a hombros había saltado desde la tarima para intervenir y disolver una pelea que se estaba generando en la plaza.
A pesar de los comentarios en las redes que piden un castigo ejemplar para los dos policías el subinspector jefe niega tener la intención de abrirles un expediente a los dos agentes que se dejaron levantar por la muchedumbre, y asegura que tampoco comprendería que lo hiciera ningún otro estamento institucional. Limita el problema a la difusión por las redes sociales, lo que no había sucedido en los años anteriores.
El Ayuntamiento guardia silencio
El Ayuntamiento, que guarda silencio, tampoco expedientará a los agentes, de hecho tanto el alcalde como varios regidores estaban en el mismo estrado donde fueron llevados a hombros los policías. Debe ser, en todo caso, el mando policial quien proponga la apertura, señalan desde el consistorio.
José Luis Benejam, alcalde de Alaior, ha declinado valorar el eco de las imágenes que han trascendido a nivel nacional. El Ayuntamiento lo ha entendido siempre como una muestra de gratitud de la gente hacia sus agentes, aunque el vídeo difundido no se ajusta a lo que se espera de dos policías de servicio.
De cara al Sant Llorenç del próximo año se planteará que ese reconocimiento a la policía pueda seguir haciéndose de manera que su imagen no quede perjudicada.
22 comentarios
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LucasMadre mía, si hubieran existido los móviles en nuestra época...
L’any que vé que prohibesquin els mòbils.
Doncs aixó s'ha d'acabar.
Que tornin el jornal d'aquell dia, perquè estaven de festa, i no treballant.
El signo de estos tiempos. Mucho móvil grabando, mucho ofendidito, mucha prohibiciôn. Ya soy viejo, lástima me dan los jóvenes que no han conocido otra cosa.
Menuda vergüenza, que no pongan excusa de la tradición porque ya se ha explicado que es al jefe de la policía y ese no quiso. Los dos policías de servicio deberían haberse negado y como no lo han hecho han incumplido con sus funciones y han puesto en peligro a la población deberían ser expulsados del cuerpo. Será que no hay policías fuera de servicio para cumplir la tradición. Esto no solo habla mal de esos policías sino también del jefe y del alcalde. Si llega a pasar algo, ¿A quién hubiéramos hecho responsable?
Hombre,izar es subir algo con una cuerda,...Me parece una costumbre similar a tirar una cabra del campanario,barbarie...A estos solo les aupan a hombros....
Aquí no la cogemos con papel de fumar. Han hecho algo malo, no. Habiendo tantas cosas malas y ahora nos vamos a fijar en esto.
Creo que sacamos todo de contexto, los vecinos de Alaior son los que deben valorar el acto, aunque estéticamente pueda no gustarnos. Es su fiesta
Mal fet. Reprovable. Però supòs que tos els qui ho criticau, també criticareu els policies pallassos d’Algaida que es feren famosos durant el confinament.