Emilio Murillo junto a otro vecino sufren a diario las molestias de los okupas. | Alejandro Sepúlveda

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«Tengo dos niñas pequeñas y la situación es insostenible. Llevamos tres meses encerrados y durmiendo todos en el comedor. No quiero que mis hijas estén escuchando todo el día peleas, gritos, amenazas y permanecer con las ventanas cerradas porque el patio lo utilizan como fumadero de porros», añade Emilio, uno de los vecinos más afectados por la okupación.

«Por mi actividad deportiva conozco a muchos policías. Todo ellos me dicen que entienden perfectamente la pesadilla por la que estamos pasando, pero que ellos no pueden hacer nada. La legislación vigente en España ampara totalmente a los okupas. Me dicen que ellos para poder entrar tienen que tocar a la puerta y pedir permiso. Tienen las manos atadas», señala Murillo. Uno de los temas más graves de esta situación es que desde los pisos superiores los vecinos ven a diario a los okupas pelearse, lanzar botellas e incluso saltar a los pisos colindantes para robar.

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Los residentes están cansados de aguantar robos, peleas, fiestas, venta de droga y consumo de sustancia estupefacientes en el interior del local. Son conscientes de la conflictividad que genera la presencia de estos okupas en la barriada. «Se pasan todo el día y toda la noche fumando porros. Tenemos que cerrar las ventanas porque resulta insoportable esta situación. Lo más curioso, es que campan a sus anchas y lo hacen justo enfrente del cuartel de la Policía Local de Palma», añade una vecina. Recientemente, gracias a un informe policial, la empresa de suministro eléctrico cortó la luz al local y realizó unas obras para impedir posibles enganches ilegales. Ahora, la sucursal tiene agua, pero carece de electricidad.

Los vecinos hablaron este miércoles después de que se registrara otro incidente en la sucursal okupada de la avenida de San Fernando. Por la mañana agentes del Grupo de Investigación Oeste apoyados por unidades de antidisturbios de la Policía Nacional irrumpieron en el local okupado para identificar a los jóvenes que estaban en su interior y tratar de localizar a ‘La Chuqui', una conocida delincuente que tiene fijada su residencia allí y que está siendo buscada por su implicación en varios delitos de robo con violencia. La Policía Nacional tiene constancia de más de 20 ilícitos penales vinculados con personas que residen en la sucursal okupa. Durante el operativo, algunos de los jóvenes residentes en la sucursal han increpado a los cámaras de los medios de comunicación y también a los vecinos.