Policía Nacional y sanitarios del SAMU-061 atendiendo a la víctima en el interior de la ambulancia. | Archivo

TW
11

Dos amigos salieron de fiesta y la misma se prolongó durante varios días. Cansados de consumir droga y alcohol decidieron acabar jugando a las tragaperras en un salón de juegos. Eran las cuatro de la tarde del pasado domingo cuando a uno de ellos se le acabaron las monedas. Acto seguido, se dirigió a su compañero de aventuras y con una importante resaca le pidió que le dejara dinero para seguir jugando. Su compañero de fatigas se negó. Fue el preludio de una acalorada discusión. Poco a poco el tono de la conversación fue en aumento hasta que uno de ellos comenzó a propinarle puñetazos en el rostro al otro. Es más, no cesaba de decirle: «Págame el dinero que me debes de la droga y así podré seguir jugando».

En ese momento, la presunta víctima, decidió abandonar el local y marcharse a su casa. El agresor se fue tras él, se introdujo en el coche y prosiguió con el recital de golpes en la cara. No contento con eso, le robó el teléfono móvil, una papelina de cocaína y unos 200 euros en efectivo. Cuando tenía el botín, salió del coche y puso rumbo de nuevo al salón para seguir jugando a las tragaperras. En ese instante, su ‘compañero' cogió un cuchillo y le asestó tres puñaladas, dos en las manos y una en la espalda, tal y como informó Ultima Hora en su edición de este lunes.

Uno de los amigos quedó tendido en el suelo mientras que el otro se daba a la fuga. Tras realizar varias batidas por la zona, los agentes de la Policía Nacional localizaron al sospechoso en el interior de un coche tratando de entrar en Son Banya. El hombre presentaba la cara ensangrentada y tenía dinero lleno de sangre. Los dos agresores fueron detenidos por un delito de realización arbitraria del propio derecho, es decir, tomarse la justicia por su mano, robo con violencia y lesiones. De momento, ambos han dejado de ser amigos.