Delgado inició su declaración señalando que inició trámites judiciales para querellarse contra Ávila por injurias. El denunciante le acusaba de haber cerrado a instancias de Cursach la discoteca Pachá cuando esta abrió en Son Caliú. «Me indignó porque era totalmente falso, me podía estar imputando un delito de prevaricación y podía afectar a mi honor. Es vox populi que mi relación con el Grupo Cursach no fue idilica, fueron años muy tensos. Entendían que mis posicionamientos políticos les perjudicaban pero yo tenía que seguir mis programas», dijo Delgado.
Sobre Pachá, recordó que la apertura de la discoteca en una zona residencial desató una oleada de protestas por parte de los vecinos que le señalaban directamente a él por permitirlo. A partir de ahí, el ayuntamiento actuó y comprobó la existencia de irregularidades urbanísticas, lo que llevó a que se revocara la licencia.
Antes de Delgado compareció, también a petición de la defensa de Sbert, el abogado Laureano Arquero. Junto con otros socios fue el titular de la discoteca Luna y luego Pachá en el Paseo Marítimo de Palma. Su declaración también pretendía desmentir a Ávila. Según la versión de este, carecían de licencia pero luego Cursach consiguió los permisos de forma instantánea por manejos en el ayuntamiento de Palma. Arquero ha desmentido este extremo. «Teníamos todos los permisos de actividad y se transmitieron con todo. Funcionábamos desde 1984», manifestó. También desmintió que Cursach pudiera comprar ese establecimiento a precio de ganga, como sostenía Ávila. «Desde el primer momento demandamos una cantidad y fue la que se satisfizo», concluyó. En apenas media hora la sesión quedó lista.
El juicio continúa el próximo lunes con dos pruebas periciales solicitadas por las acusaciones particulares. El martes será el turno para que estas presenten sus conclusiones definitivas y la Fiscalía Anticorrupción haga efectiva su retirada.
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que bo . . . . abui encare no havia fet sa riallota . . . .
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