El juicio se celebró en la Audiencia de Palma. | Alejandro Sepúlveda

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Compró un local en Calvià valorado en más de 130.000 euros por solo 36.000 euros. El vendedor era un amigo y vecino suyo de 78 años, sin formación académica y con las capacidades físicas y mentales afectadas. Este lunes por la mañana la Audiencia de Palma condenó al hombre que realizó esta compra a un año de cárcel, a una multa de 1.080 euros y a la nulidad del contrato por estafa. El acusado dio el visto bueno al acuerdo de conformidad alcanzado entre su abogado, la representante del Ministerio Fiscal y la acusación particular antes de iniciarse la vista.

Los hechos se remontan al 9 de marzo de 2018 cuando el perjudicado, que residía en un almacén habilitado como carpintería en Calvià vila, aceptó una oferta del acusado por dicho inmueble: 36.000 euros fraccionados en pagos de 300 euros mensuales. En el contrato, redactado íntegramente por el propio acusado, este hizo constar una cláusula según la que en caso de fallecer el vendedor adquiría la propiedad de inmediato a cambio de dejar seguir viviendo a la víctima allí hasta entonces o hasta que ingresara en una residencia. El vendedor falleció el mismo mes de firmar los documentos de compraventa.

La víctima, tal y como reconoció el procesado ayer durante el juicio, sufría problemas de salud y pasaba por un mal momento emocional tras la muerte de su hermana. Su estado fue empeorando los días posteriores a la transacción y finalmente falleció el 31 de marzo. Un mes después, el comprador reclamó por la vía judicial la propiedad, un almacén de 86 m2 construido en un solar de 486 m2, a los herederos. La familia del fallecido decidió denunciar los hechos dado que consideraban que el acusado, por su profesión, sabía que el precio de mercado del solar era muy superior al precio fijado en el contrato.

También, después de que este en ningún momento se pusiera en contacto con la sobrina y única heredera de la víctima para hacerle saber su intención de formalizar el contrato referido. En un principio la Fiscalía acusaba al hombre de un delito de estafa agravada y reclamaba cinco años de prisión para él. Tras el acuerdo de conformidad entre las partes se rebajó la petición. El acusado no tendrá que ingresar en prisión ya que al no tener antecedentes se le concedió la suspensión de la pena. Como condición a esto último, tendrá que pagar la multa de 1.080 euros en los próximos diez días.