Una patera llegando a puerto. | Joan Socies

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Un hombre acusado de patronear una embarcación con 31 migrantes a bordo, 10 de ellos menores, que se quedó a la deriva en aguas de la isla de Cabrera (Mallorca), ha defendido este lunes en el juicio en la Audiencia de Palma que viajó en la patera como pasajero después de pagar unos 1.700 euros. La Fiscalía acusa a este hombre, de 22 años, de haber manejado y llevado el control de la pequeña embarcación para acceder irregularmente a España «eludiendo cualquier tipo de puesto fronterizo autorizado» y haciendo caso omiso de las exigencias de política migratoria de España y de la regulación sobre el control de flujos migratorios.

Por ello, la acusación pública solicita que el acusado sea condenado a seis años de prisión por un delito contra los extranjeros por patronear una patera rescatada en aguas de Baleares en agosto de 2022, con 31 personas a bordo, cuando iba a la deriva, sin agua ni medidas de seguridad. Asistido por una intérprete, el encausado, de origen argelino, ha señalado a preguntas del fiscal que participó en una travesía el 2 de agosto cuando la barca, de 9,8 metros de eslora y 3 de maga, zarpó desde Cap Djinet, en Argelia.

Entre el pasaje iban 16 hombres, 5 mujeres y 10 menores, algunos de ellos de corta edad. Preguntado por el vídeo grabado por un ocupante en el que se ve al acusado manejando la embarcación, el hombre ha dicho que, como era de noche, hicieron turnos para conducir y que se vio obligado a conducir presionado por al menos tres personas que se encontraban en la barca. El hombre ha explicado que no tiene conocimientos sobre náutica. Uno de los ocupantes apuntó al acusado como responsable de dirigir la patera, ordenar cuando llenar el depósito con los bidones de gasolina y colocar a los ocupantes para que la embarcación fuera más estable, como ha recordado el fiscal.

Como sostiene el ministerio público, la patera iba sin matrícula ni distintivos que permitieran localizar a su propietario y, desde que zarpó de Argelia, la dirigió el acusado durante 15 horas de travesía. A las 15 horas de navegación, se agotó el combustible y la patera quedó a la deriva. Los intentos de los migrantes de pedir socorro por teléfono fueron infructuosos hasta que, sobre las 7.00 horas del día siguiente, uno de los pasajeros logró dar la alerta.

Una embarcación de la Guardia Civil localizó la barca cerca de la isla de Cabrera sobre las 8.50 horas y rescató a los 31 migrantes. Como incide la Fiscalía, la embarcación que presuntamente capitaneó el acusado no cumplía ningún estándar de seguridad marítima internacional, sobrepasaba su límite de capacidad de pasaje, carecía de chalecos salvavidas para todos los pasajeros, y en especial para los niños, y tampoco llevaba radar, compás, sistema de radio ni de identificación y comunicación marítima por satélite GPS o AIS. En el momento del rescate, como ha matizado un agente durante su declaración, no quedaban reservas de agua y la embarcación no portaba suficiente reserva de combustible para alcanzar las costas españolas, lo que «determinó un riesgo grave para la vida e integridad» de los pasajeros, según la Fiscalía.

Lo ocurrido «podría haber derivado en la desaparición de la embarcación en alta mar con todo el pasaje», incide la acusación pública en su escrito. Por su parte, un agente de la Policía Nacional que tomó declaración a los migrantes ha recordado durante el juicio que uno de ellos dio detalles del trayecto y apuntó que el acusado fue el encargado de patronear la embarcación. El agente también se ha referido al vídeo grabado por uno de los ocupantes de la embarcación, que muestra al principal sospechoso manejando la patera, tal como precisó uno de los testigos que había viajado en la barca desde Argelia. «El pasajero no conduce, no tenemos constancia de que eso se produzca. Suele conducir una o como mucho dos personas. En alguna ocasión, hemos hablado con personas que declaran que conducen todos», ha indicado este agente, a preguntas de la defensa.

«Siempre se incluye en la embarcación a alguien que sepa manejarla», ha comentado otro policía en el juicio. También ha apuntado que el ocupante que tomó la grabación durante la travesía señaló que, según lo acordado en el país de origen, el trato incluía la presencia de un conductor que llevase la embarcación de Argelia a España. Además, un guardia civil ha concretado ante el tribunal que tan sólo dos menores llevaban el chaleco salvavidas cuando interceptaron la barca a la deriva y que no había una lancha salvavidas. La Fiscalía pide que el joven argelino sea condenado a seis años de prisión por un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros.