Durante esta última sesión del juicio, el fiscal anticorrupción José Grinda ha defendido que los delitos recogidos en el escrito de acusación se apoyan en los informes policiales aportados y en las conversaciones telefónicas intervenidas a los distintos acusados. Este viernes, una vez concluida la fase de testificales, se ha centrado en la exposición de los informes de las diferentes partes, el primero en hacerlo ha sido el Ministerio Público que ha hecho especial hincapié en defender la acusación por organización criminal para los encausados, y ha apuntado que aunque los miembros de Ángeles del Infierno se hubieran constituido como asociación --algo que ha negado-- hubiera sido indiferente porque habría sido utilizada «como tapadera para cometer delitos».
Así, la Fiscalía defiende que de lo investigado «se establecen elementos de organización criminal» y apunta que ésta era independiente de otras ramas de los Ángeles del Infierno de Barcelona o Valencia y que buscaban la «clandestinidad» de este 'capítulo' --subgrupo--. Por otro lado, ha sostenido que esa organización criminal, delito que muchos de los encausados que han llegado a pactos con el Ministerio Público han aceptado, contaba con una «jerarquía absoluta» y «constante» a tenor de lo recogido en diferentes intervenciones telefónicas. Y ha apuntado que uno de los principales acusados, Frank Hanebuth, estaba en la cúspide de la misma al igual que otro de los procesados, Paul Engelke.
Las intervenciones telefónicas
Más allá de la descripción de los delitos y de la participación de cada acusado --de los que no han llegado a pacto con la Fiscalía--, el Ministerio Público ha dedicado bastante tiempo a sostener que las intervenciones telefónicas que sustentan las acusaciones son lícitas y deben ser admitidas como fuente de prueba. Este extremo ha sido combatido con rotundidad por la defensa de otro de los principales acusados, el lugarteniente de Hanebuth, Abdelghani Youssafi. Al hilo, y con intención de exponer su postura de cara a la decisión del tribunal sobre determinadas cuestiones previas planteadas por las defensas, el fiscal ha puesto el foco en que las intervenciones telefónicas no deberían declararse nulas por el simple hecho de que las transcripciones no hayan sido adveradas --no se haya demostrado la veracidad de un documento--.
«No es necesario», ha incidido. Además de ese delito de organización criminal, la Fiscalía ha ido saltando de delito en delito (coacciones, amenazas, tenencia ilícita de armas...) durante la exposición del informe, que se ha extendido por tres horas aproximadamente. En relación al delito de prostitución, el fiscal ha llegado a afirmar durante el juicio que Yousafi controló hasta qué cirugías estéticas se hacían las mujeres que trabajaban en clubes por la banda, qué mínimo de ingresos debían conseguir e incluso qué tipo de tatuaje debían hacerse. En cuanto a los agentes, policías locales y guardias civiles, encausados por colaborar con la banda de moteros en su implantación, el fiscal ha ido repasando los indicios que pesan sobre cada uno. Así, por ejemplo de Nicanor Góngora ha apuntado que «favorecía las actividades delictivas» de los Ángeles del Infierno, y de Carlos Vallecillo que colaboró para parar una denuncia. Sobre uno de los agentes de la Guardia Civil encausado, José Francisco Valenzuela, ha afirmado que participó en revelación de secretos porque pasó información de bases policiales a terceros.
Denuncia una «causa general»
La defensa de Hanebuth, por su parte, ha denunciado lo que considera «una causa general» en la que se ha imputado a su cliente únicamente por «pertenecer» a los Ángeles del Infierno. «No son una organización criminal. Tiene que haber habido pruebas de una jerarquización y que se hayan confabulado entre sí para la comisión de delitos. Y eso no ocurre», ha sostenido.
En esta línea, su abogada ha criticado que se haya situado a Hanebuth como el «jefe de todos» y como el dirigente de la banda en Mallorca. ¿Es un jefe de la organización en Mallorca? Pues no. Porque el jefe tiene que tener cierta permanencia, no tanto jerárquica cuanto territorial«, ha sostenido, para añadir que el presunto mandatario del grupo debería estar sobre el terreno »vigilando el ganado«. »Si es que no tenemos nada, no se ha acreditado. Estuvo ahí entre 2009 y 2010. A partir de ahí no hay asociación en Mallorca. Ese delito es de imposible comisión porque no había y porque los Ángeles no son una organización delictiva", ha esgrimido la letrada. Por otro lado, la representación de Hanebuth ha cargado contra las intervenciones telefónicas a la que Fiscalía ha aludido, precisamente, en la fase de informes.
Y es que, ha apuntado, «ni siquiera teniendo en cuenta que fueran válidas» existe una conversación en la que el acusado «haya dado una sola orden a nadie». «Todas las conversaciones son 'voy a hablar con fulano y luego se lo vamos a preguntar'. Pero* ¿y la voz de mi cliente dando una orden de forma violenta como parecían dar a entender? No hay ni una», ha insistido la abogada, que ha cargado contra la prueba presentada. «Tenemos una verborrea tremenda», ha denunciado. En definitiva, la letrada ha concluido que no hay «ninguna» prueba para que el tribunal condene a Hanebuth por los delitos de los que se le acusan. «No hay delito de pertenencia, de blanqueo de capitales, no hay dinero en B, no hay amenazas y la tenencia ilícita de armas es como si viéramos en cheles pareaos: no se ha acreditado», ha apostillado.
La rama de Mallorca
Cabe recordar que la Fiscalía Anticorrupción presentó su escrito de acusación en enero de 2019 dirigiéndose contra 47 personas físicas y otras tres jurídicas por 16 cargos que arrojaban un saldo conjunto de 298 años y medio de cárcel. Cifra que con las rebajas que han supuesto las conformidades se ha visto considerablemente reducida. El auto de procesamiento dictado en su día por el juez instructor Eloy Velasco situaba a la cabeza de la organización a Frank Hanebuth --al que la Fiscalía identifica por las escuchas como 'el largo'--, hasta entonces líder del grupo en Hannover y considerado como uno de los principales dirigentes de los 'Hells Angels' en Europa.
Según el fiscal, los miembros de la banda están involucrados en delitos graves, que en este caso se han traducido en acusaciones por organización criminal, blanqueo de capitales, tráfico de drogas, detención ilegal, tenencia ilícita de armas, prostitución, amenazas, coacciones, extorsión, falsedad documental, encubrimiento, omisión del deber de perseguir delitos, violación de secretos y cohecho.
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