El experimentado jefe de la Policia Local de Inca, Carlos Caballero, posa para esta entrevista. | R.S.

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Buscando nuevas fórmulas para adaptarse a los cambios que vive la ciudad de Inca, que actualmente cuenta ya con una población de más de 34.000 personas, pero sin olvidar los propósitos más elementales. El jefe de la Policia Local de Inca, Carlos Caballero, concede una entrevista a este periódico para explicar la situación actual del cuerpo en la capital del Raiguer.

¿Cómo ha afectado a la Policia Local de Inca el aumento de población que ha registrado la ciudad?
—Nos hemos tenido que adaptar a la demanda. Han ido aumentando el número de requerimientos y servicios policiales y nos hemos visto obligado a aumentar los servicios mínimos para dar cobertura a esa demanda. También hemos hecho un esfuerzo por cubrir diferentes especializaciones para dar un mejor servicio al ciudadano.

¿De cuántos agentes disponen en el municipio?
—Somos 57 agentes. Parecen muchos pero cuando se reparten en tres servicios de ocho horas para cubrir las 24 horas del día todos los días del año no queda en tanto. Inca dispone de policía durante todo el día y es algo que hay que poner en valor.

Muchos alcaldes y jefes de policía de la Isla lamentan la falta de efectivos.
—Es complicado. Es una lucha diaria por mantener la plantilla al cien por cien. Continuamente hay un goteo de jubilaciones y no es fácil reponer esos puestos. Los procesos selectivos son muy largos y tediosos. La fórmula de los interinos da buenos resultados a medio plazo pero al final esos interinos quieren estabilizar su trabajo y se acaban marchando. Dentro de esta problemática, es cierto que al tener una plantilla de 57 agentes podemos gestionar más fácilmente las bajas que otros municipios que tienen ocho agentes y les faltan cuatro.

¿Inca es una ciudad segura?
—Yo creo que sí. Vivo en Inca con mi mujer y mis dos niñas pequeñas. Cuando ellas van a pasear en invierno a las seis de la tarde no ‘paso pena'. Vas paseando por Inca y no tienes miedo, no vas con el bolso agarrado. Creo que es un tema de percepción. No creo que estemos peor en materia de seguridad que otros municipios similares. Si somos 33.000 habitantes en Inca pues no vamos a poder evitar que 33 personas tengan la delincuencia como modo de vida.

¿Cómo es la relación que mantienen con la Guardia Civil?
—Es muy buena. Hemos llegado a la conclusión de que trabajando junto los resultados son mejores. Tenemos un contacto diario y fluido.

La Policia Local de Inca es precursora en utilizar seguridad privada para reforzar la plantill
—Cuando las necesidades son más importantes es cuando surgen las ideas más ingeniosas. Esta idea surge en plena pandemia. Había una gran presión por intentar hacer cumplir las limitaciones y evitar el aumento de contagios. La seguridad privada nos ayudó a hacer esa labor preventiva, a tener esa presencia en lugares sensibles para que esas infracciones no se llevaran a cometer.

También han creado nuevas unidades policiales.
—Como comentábamos al principio, adaptándonos a las necesidades actuales, tuvimos constancia de que había un aumento de incidencias a partir de las seis o siete de la tarde. Por eso hemos creado una unidad de prevención, formada por cinco agentes, que se dedica únicamente a tareas de prevención: presencia en zonas sensibles o controles preventivos.

¿Y cuáles son las actuaciones más comunes?
—Al final somos una Policia Local y no podemos ni debemos perder la parte más importante que es la mediación en conflictos. Es lo que nos da el contacto diario con el ciudadano. Evidentemente los problemas de tráfico en un casco urbano como es Inca también son importantes. Los auxilios humanitarios son igual la parte más desconocida pero más bonita de nuestro trabajo. Una persona mayor que se ha caído en casa y no se puede levantar, por ejemplo. No hay otro servicio público que lo pueda cubrir durante todo el día. Es muy gratificante.